España muestra una gran diversidad en la distribución de la renta entre sus regiones. Es una de las principales conclusiones del estudio ‘Distribución geográfica de la renta de los hogares en España’, que han presentado este lunes la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). El análisis examina las oportunidades de renta, la prosperidad relativa y la desigualdad en las distintas comunidades autónomas, provincias y grupos demográficos, desvelando las claves para un crecimiento económico más equitativo.
El País Vasco lidera, Extremadura a la cola
El País Vasco se alza como la comunidad autónoma con mayores oportunidades de renta o prosperidad relativa, ofreciendo a sus ciudadanos una mayor probabilidad de alcanzar niveles de renta superiores a la media nacional. En el otro extremo del espectro, Extremadura presenta la mitad de oportunidades que el País Vasco, revelando una profunda brecha en la prosperidad entre ambas regiones. Esta disparidad se extiende a nivel provincial, con Guipúzcoa, Vizcaya, Madrid y Barcelona encabezando las oportunidades, mientras que Almería, Badajoz y Alicante se sitúan a la zaga.
Factores clave como las estructuras educativas y de innovación, la presencia de universidades, centros tecnológicos y hubs de emprendimiento impulsan la prosperidad en ciertas regiones. Por otro lado, la excesiva dependencia del turismo puede ser un factor limitante para el bienestar económico en algunas zonas, creando una economía vulnerable a las fluctuaciones del sector.
Además de la brecha norte-sur, el estudio revela interesantes contrastes entre comunidades con alta prosperidad, como Madrid y Cataluña, y otras con menor desarrollo, como Canarias. Estos matices regionales resaltan la complejidad del panorama económico español y la necesidad de políticas específicas para cada zona.
Desigualdad y brecha de género
A pesar de una reducción general de la desigualdad en la distribución de la renta desde 2015, persisten importantes diferencias regionales. El índice de Gini y la ratio P80/P20, que miden la brecha entre ricos y pobres, muestran una mayor desigualdad en comunidades como Madrid, Cataluña y Canarias. Sorprendentemente, regiones con oportunidades de renta medias exhiben una mayor igualdad en la distribución de la riqueza.
La brecha de género en las oportunidades de renta también es un desafío preocupante. Mientras que en regiones como Murcia, Extremadura y Andalucía la brecha es menor, en el País Vasco, Asturias y Navarra, las mujeres enfrentan una desventaja significativa en comparación con los hombres. Es alarmante que esta desigualdad haya aumentado en la mayoría de las regiones desde 2015, evidenciando la necesidad de políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades para las mujeres en el mercado laboral.
La edad también juega un papel crucial en las oportunidades de renta. En casi todas las comunidades, los mayores de 65 años presentan mayores oportunidades, en gran parte gracias al sistema de pensiones. Sin embargo, se proyecta que esta tendencia se revierta en el futuro debido a las peores perspectivas de pensiones para las generaciones actuales. Los menores de edad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad, con menores oportunidades de renta que los adultos en edad laboral.
La pobreza relativa y extrema siguen siendo problemas acuciantes, aunque se han registrado mejoras en los últimos años. Los menores de 18 años y las mujeres son los grupos más afectados por la pobreza relativa. Andalucía, Extremadura y Canarias presentan las tasas más elevadas de pobreza, mientras que el País Vasco, Aragón y Navarra muestran las cifras más bajas.