Aunque en internet es posible encontrar numerosas plataformas gratuitas capaces de realizar traducciones al chino, al inglés, al francés, al ruso y a prácticamente cualquier idioma del mundo, no es muy recomendable confiar en esas plataformas a la hora de traducir contratos mercantiles u otros documentos relacionados con el ámbito empresarial.
Y es que la calidad del servicio que ofrecen plataformas tan conocidas como Google Translate o DeepL ha mejorado significativamente en los últimos años, pero todavía presentan serias limitaciones y lagunas.
En las líneas siguientes, desgranamos las razones principales por las que no es aconsejable utilizar estos traductores online en el ámbito empresarial.
Precisión y contextualización poco fiables
Los traductores automáticos online cometen abundantes errores al analizar el contexto, algo que se traduce directamente en la baja precisión y/o en la equívoca interpretación de las traducciones.
Además, las frases son interpretadas de manera literal, sin captar el significado completo o las sutilezas de cada idioma. Esto puede provocar que se cometan errores graves en los contratos, en los acuerdos legales y en las comunicaciones con los clientes y proveedores.
No existe la seguridad de que se respete la confidencialidad de las traducciones
El uso de traductores automáticos online implica subir a servidores externos informaciones que no deben ser compartidas ni expuestas al público. Es decir, existe el riesgo de que terceras personas accedan a dichas informaciones confidenciales.
Riesgos para la imagen de la empresa
Una traducción incorrecta o de baja calidad puede dañar seriamente la imagen y la reputación de una empresa ante sus clientes o proveedores.
Además, los errores en la traducción dan una imagen de poca profesionalidad y de despreocupación, lo que resulta muy negativo cuando lo que se pretende es ganarse la confianza de los posibles clientes o de los suministradores de servicios.
Los textos técnicos y legales: un escollo adicional
En sectores muy especializados, como el legal, el médico o el técnico, la terminología y el lenguaje no tienen nada que ver con los de los textos coloquiales o literarios. Los traductores automáticos no manejan adecuadamente esta terminología, lo que puede derivar en errores críticos.
En este caso, solo las personas con una amplia experiencia en la traducción de esos tipos de texto pueden garantizar que las transcripciones sean precisas e inequívocas.
Aspectos culturales y normativos, dos laberintos que solo puede sortear un traductor humano profesional
Una traducción que no tenga en cuenta los aspectos culturales del país de destino puede resultar inapropiada o incluso ofensiva para el público objetivo. Además, la precisión y adecuación a la normativa legal deben ser máximas.
Esto es especialmente cierto en países como China y Rusia, donde las normativas y leyes son realmente complejas y estrictas. De ahí la importancia de que las traducciones al ruso o al chino se adapten tanto a la normativa como a los hábitos culturales de esos países.
Servicios de traductores profesionales: una inversión en seguridad mercantil y jurídica
En resumidas cuentas, los traductores automáticos online pueden ser útiles para obtener rápidamente traducciones aproximadas y básicas que van a emplearse a título personal. Sin embargo, esas traducciones automáticas no son adecuadas para el ámbito empresarial, puesto que en ese caso la precisión y la claridad de interpretación han de ser máximas.
De ahí la conveniencia de que las empresas empleen servicios de traducción profesional, algo que no debe considerarse un gasto, sino una inversión en seguridad jurídica y mercantil.