Se cumplen 25 años del lanzamiento de Dreamcast, la última consola de SEGA que «enterró» PlayStation 2

Dreamcast, la última consola de Sega, cumple 25 años desde su lanzamiento en Europa. A pesar de su corta vida comercial, esta innovadora máquina dejó una huella imborrable en la historia de los videojuegos gracias a sus características revolucionarias, como la conectividad online, que sentaron las bases para las consolas modernas.

Una consola adelantada a su tiempo

La Dreamcast, desarrollada por Sega en colaboración con Hitachi y Microsoft, destacaba por su avanzado hardware para la época. Su CPU de 32 bits, el procesador gráfico NEC PowerVR2 de 128 bits y el lector de CD-ROM diseñado por Yamaha permitían una calidad gráfica superior a la de sus competidoras. Además, la inclusión del sistema operativo Windows CE facilitaba el desarrollo de juegos y abría la puerta a nuevas posibilidades.

La innovación no se limitaba al hardware. La Visual Memory Unit (VMU), una tarjeta de memoria con pantalla LCD incorporada, permitía guardar partidas, jugar minijuegos e incluso interactuar con la consola principal. Pero la característica más revolucionaria fue la integración de un módem de 56Kbps. Esto permitía a los jugadores conectarse a internet, participar en chats, foros y, lo más importante, jugar online a través de la plataforma Dreamarena. Títulos como Phantasy Star Online y Worms World Party demostraron el potencial del juego online, una funcionalidad que hoy en día se ha convertido en un estándar en la industria.

El difícil camino de Dreamcast

El lanzamiento de Dreamcast se produjo en un momento complicado para Sega. La compañía arrastraba pérdidas económicas debido al fracaso comercial de su anterior consola, Saturn. El alto coste de fabricación de Saturn, sumado a una arquitectura compleja que dificultaba la programación de juegos, lastraron sus ventas frente al éxito de la primera PlayStation.

Dreamcast

Para Dreamcast, Sega aprendió de sus errores. La utilización de componentes externos procedentes de juegos de PC permitió abaratar costes y facilitar el desarrollo de juegos. La estrategia inicial de Sega fue lanzar la consola a un precio competitivo. Sin embargo, la decisión unilateral del director ejecutivo de Sega en América, Bernie Stolar, de rebajar aún más el precio en Estados Unidos, aunque impulsó las ventas iniciales, generó tensiones internas y su posterior destitución.

A pesar del éxito inicial en Japón, Estados Unidos y Europa, donde se vendieron cientos de miles de unidades en pocas semanas, Dreamcast se enfrentó a un rival formidable: PlayStation 2. La superioridad técnica de la nueva consola de Sony atrajo a importantes desarrolladoras, como Electronic Arts, que abandonaron el desarrollo de juegos para Dreamcast en favor de PlayStation 2. Esta reducción en la oferta de juegos fue un factor clave en el declive de Dreamcast.

La situación financiera de Sega y la creciente competencia de PlayStation 2 llevaron a la compañía a tomar una decisión drástica: descontinuar la producción de Dreamcast en marzo de 2001. Esta decisión marcó el fin de la era de Sega como fabricante de consolas y el inicio de su transformación en una desarrolladora de software.

A pesar de su corta vida, Dreamcast dejó un legado importante. Su apuesta por la conectividad online, la innovadora VMU y la calidad de sus juegos, como Sonic Adventure, Soulcalibur y Crazy Taxi, la convirtieron en una consola adelantada a su tiempo. Si bien no logró el éxito comercial esperado, Dreamcast sentó las bases para las consolas modernas y demostró el potencial del juego online. eño que se adelantó a su tiempo.