Las negociaciones entre el Ministerio de Trabajo, sindicatos y la patronal para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2025 sin reducción salarial continúan este viernes. El objetivo del encuentro es acercar posturas y lograr un acuerdo tripartito que beneficie a trabajadores y empresas. Sin embargo, la postura de la CEOE, que se mantiene reticente a la reducción por ley, podría ser un obstáculo para alcanzar un consenso.
El Ministerio de Trabajo busca el consenso
El Ministerio de Trabajo y Economía Social, liderado por Yolanda Díaz, se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo. La ministra confía en que el plan de acompañamiento a pequeñas empresas, diseñado para facilitar la adaptación a la reducción de jornada, incentive a la CEOE a flexibilizar su postura. Este plan, clave para sectores como el comercio, donde la reducción horaria puede suponer un mayor desafío, busca minimizar el impacto en las pymes y garantizar una transición fluida.
La propuesta de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales forma parte de los compromisos del Gobierno para esta legislatura. La reducción progresiva, con un primer paso a 38,5 horas este mismo año, busca mejorar la conciliación laboral y familiar, aumentar la productividad y generar empleo. Díaz ha reiterado su compromiso con la medida y su determinación para lograr un acuerdo tripartito. «No me voy a levantar de esta mesa», ha afirmado, subrayando su paciencia y perseverancia en las negociaciones. El Ministerio de Trabajo está trabajando en un anteproyecto de ley en trámite de urgencia que regulará la reducción de jornada, dando así cumplimiento al acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar.
Además del plan de acompañamiento, se están explorando otras medidas para facilitar la implementación de la reducción de jornada, como incentivos fiscales para las empresas, flexibilidad horaria y programas de formación para la optimización del tiempo de trabajo. El objetivo es construir un modelo de trabajo más eficiente y sostenible, que beneficie tanto a los trabajadores como a la competitividad de las empresas. Se espera que la negociación incluya cláusulas de revisión periódica para evaluar el impacto de la reducción de jornada y realizar ajustes si fuera necesario.
Los sindicatos presionan para la reducción de la jornada laboral
CCOO y UGT, por su parte, han urgido al Gobierno a aprobar la reducción de jornada incluso sin el apoyo de la patronal si esta mantiene su postura de bloqueo. Los sindicatos acusan a la CEOE de ampararse en la inestabilidad política y de haber pactado con Junts boicotear la medida en el Congreso. Ante la falta de avances en la negociación, CCOO y UGT han iniciado movilizaciones para presionar tanto al Gobierno como a la patronal. Las concentraciones, que comenzaron el 26 de septiembre frente a las sedes de la CEOE en todas las capitales de provincia, son un primer paso en una escalada de acciones que se intensificarán si la medida no se concreta.
Los sindicatos defienden la reducción de jornada como una medida necesaria para mejorar las condiciones laborales y fomentar la creación de empleo. Argumentan que una jornada laboral más reducida permite una mejor conciliación, reduce el estrés laboral y mejora la productividad.
Además, consideran que la reducción de jornada es una herramienta fundamental para combatir la precariedad laboral y promover la igualdad de oportunidades. A pesar de las movilizaciones, CCOO y UGT siguen apostando por un acuerdo tripartito que incluya a la CEOE, pero piden al Gobierno que no dé derecho de veto a la patronal y que el acuerdo se alcance antes de que finalice el año. Insisten en la necesidad de un diálogo social constructivo que permita alcanzar un consenso en beneficio de todos los actores implicados.