Ni Buitoni ni Casa Tarradellas: La OCU analiza 153 pizzas de supermercado y da con la mejor

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La pizza es un alimento emblemático en muchos hogares españoles, especialmente los fines de semana, cuando la búsqueda de una cena rápida y sabrosa se convierte en una prioridad. Sin embargo, con el auge de las pizzas precocinadas en los supermercados, la elección de la opción más saludable puede ser un desafío. En este contexto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un exhaustivo análisis de 153 pizzas disponibles en el mercado, tanto refrigeradas como congeladas, para determinar cuál es la mejor pizza de supermercado y ofrecer recomendaciones que podrían llegar a sorprenderte.

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Pizzas a evitar: la advertencia de la OCU

Pizzas a evitar: la advertencia de la OCU

Aunque el estudio destaca las mejores pizzas del mercado, también es fundamental señalar las opciones que no deberían formar parte de una dieta regular. Entre las marcas menos recomendables se encuentran Casa Bona, cuyas variedades de queso de cabra y bacon, así como la de jamón cocido, fueron calificadas como «muy mala elección». Estas pizzas no solo tienen un alto contenido en grasas saturadas, sino que también presentan elevadas cantidades de sal, lo que las hace poco saludables.

El análisis de la OCU también reveló que algunas pizzas congeladas de Alcampo, como las de queso de cabra y espinacas y las de siete quesos, obtuvieron bajas puntuaciones. Igualmente, las pizzas de Lidl, en especial la de pepperoni y la de barbacoa, fueron calificadas negativamente. Aunque estas opciones son populares entre los consumidores, es importante tener en cuenta su bajo valor nutricional.

Además, la OCU advierte que muchas de estas pizzas contienen conservantes y aditivos que no son necesarios y que pueden contribuir a una alimentación poco saludable. A menudo, estas opciones pueden resultar más atractivas por su bajo precio, pero a la larga, pueden repercutir negativamente en la salud. Es por ello que los consumidores deben ser conscientes de que la elección de alimentos más saludables no siempre se traduce en un gasto mayor.