La escasez de recursos económicos se erige como el principal obstáculo para la formación de familias en España. Un reciente estudio sociológico del CIS revela que el 77,3% de los españoles encuestados señalan la falta de dinero como la razón fundamental para no tener hijos. Esta preocupante cifra subraya la influencia decisiva del factor económico en las decisiones reproductivas, superando incluso a las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, que afectan al 44,1% de los encuestados. Esta situación dibuja un panorama complejo que requiere un análisis profundo de las necesidades socioeconómicas de las familias españolas.
Factores que influyen en la decisión de tener hijos
Más allá de las dificultades económicas, otros factores relevantes contribuyen a la baja natalidad en España. La ambición profesional también juega un papel importante, con un 26,4% de los encuestados que deciden no tener descendencia para priorizar su desarrollo laboral. La responsabilidad inherente a la crianza también disuade a un 25,5% de los participantes.
Es crucial destacar que existe una demanda latente de paternidad/maternidad. A pesar de no tener hijos, al 58% de los encuestados les hubiera gustado tenerlos, lo que sugiere que las circunstancias socioeconómicas y las políticas de apoyo a las familias podrían influir significativamente en la tasa de natalidad.
El estudio también revela las preferencias en cuanto al número ideal de hijos: el 49% considera que dos hijos es lo óptimo, mientras que el 27,4% se inclina por tres. Este dato es relevante para diseñar políticas públicas de apoyo a la familia que se ajusten a las aspiraciones de la población.
Para fomentar la natalidad, los encuestados proponen diversas medidas, destacando la flexibilización de la jornada laboral (47,6%), las mejoras en el tratamiento fiscal para familias con hijos (31%) y las ayudas a personas dependientes (27,8%). Además, un 20% aboga por la prolongación de la baja por maternidad, una reivindicación que cobra fuerza en el contexto actual de corresponsabilidad y conciliación.
La edad ideal para la maternidad y la paternidad
La percepción sobre la edad ideal para tener hijos se sitúa mayoritariamente entre los 25 y los 39 años, tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, existe una creciente preocupación por la fertilidad, especialmente en el caso de las mujeres. El 63,2% de los encuestados cree que las mujeres pierden significativamente la probabilidad de embarazo entre los 31 y los 40 años, mientras que en el caso de los hombres, esta percepción se extiende a la franja de los 41 a los 50 años (33,8%). Estos datos reflejan la influencia del factor biológico en la planificación familiar, así como la necesidad de mayor información y acceso a tratamientos de fertilidad.
El estudio también revela la ambivalencia en la percepción de la paternidad/maternidad. Si bien el 93,1% considera que ver crecer a los hijos es el mayor placer de la vida, el 80,7% reconoce que suponen una carga económica. Además, un 69,9% coincide en que tener hijos reduce las oportunidades laborales y de progresión profesional, especialmente para las madres (53,7%). Estos datos evidencian la necesidad de políticas de apoyo a la conciliación que permitan a los padres y madres compatibilizar la vida familiar y profesional.
En cuanto al impacto en la carrera profesional, el estudio revela que un 29,2% de las mujeres han visto limitadas sus oportunidades de promoción tras tener su primer hijo, frente a un 9% de los hombres. Esta diferencia significativa pone de manifiesto la persistencia de la desigualdad de género en el ámbito laboral y la necesidad de impulsar medidas que promuevan la igualdad de oportunidades.
Las tareas domésticas y el cuidado de familiares siguen recayendo mayoritariamente sobre las mujeres. El estudio constata una desigualdad significativa en la distribución del trabajo doméstico, con las mujeres dedicando entre 21 y 40 horas semanales en un 23% de los casos, frente al 12% de los hombres en el mismo rango horario. Esta desigualdad en la carga doméstica limita las oportunidades laborales y de desarrollo personal de las mujeres, perpetuando roles de género tradicionales.
En un contexto marcado por la inflación y la incertidumbre económica, el precio de la vivienda (53%), los precios de los alimentos (43%) y el desempleo (42,5%) se sitúan como las principales preocupaciones de los españoles. Para las familias con hijos, la educación se suma a estas inquietudes, con un tercio de los encuestados preocupados por la calidad y el nivel educativo, así como por la carencia de valores.