La gastronomía de Castilla-La Mancha es reconocida por su autenticidad, y uno de los platos más representativos de la provincia de Cuenca es el morteruelo. Aunque poco conocido fuera de la región, este plato, elaborado con hígado de cerdo, especias y pan rallado, es una verdadera joya culinaria que refleja la tradición y el esmero de la cocina conquense. Se trata de una receta contundente y sabrosa que sorprende por su elaboración artesanal y su profundo sabor.
3Modo de preparación
- En una cazuela grande, pon a cocer todas las carnes (liebre o conejo, perdiz, gallina, jamón, hígado y papada) cubiertas con agua. Cocina a fuego lento durante unas 3 horas (en olla rápida, unos 45 minutos).
- Una vez cocidas, saca las carnes, deshuesa y corta las aves finamente. Reserva el caldo de la cocción. Tritura el hígado y la papada en un vaso de batidora junto con un poco de caldo de cocción, hasta obtener una mezcla homogénea. El resto de las carnes córtalas a cuchillo.
- Calienta el aceite en una sartén grande y, una vez caliente, añade el pimentón dulce y picante. Sofríe durante unos segundos, retirando la sartén del fuego para evitar que se queme.
- Vuelve a poner la sartén al fuego y añade el caldo de cocción. Incorpora las especias (pimienta, clavo, canela y alcaravea) y ajusta la sal según sea necesario.
- Cuando el caldo comience a hervir, añade lentamente el pan rallado mientras remueves constantemente para evitar que se formen grumos. Deja cocer la mezcla durante unos cinco minutos.
- Incorpora las carnes picadas y la mezcla de hígado y papada triturada. Remueve bien y cocina a fuego lento durante una hora o más, hasta que la mezcla espese y se forme una pasta uniforme.
- Sabrás que el morteruelo está listo cuando la grasa comience a salir a la superficie. Rectifica de sal si es necesario y sirve bien caliente, acompañado de pan tostado.