Pere Navarro, director de la DGT, cumple con su amenaza en marcha el nuevo radar de tramo de 7 kilómetros

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La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue avanzando en su política de control de velocidad en las carreteras españolas, y lo hace instalando radares de tramo cada vez más largos y estratégicamente ubicados. Recientemente, se ha puesto en marcha un nuevo radar en la autovía A-2, que tiene una longitud considerable de 7 kilómetros, lo que lo convierte en uno de los radares de tramo más extensos. Pere Navarro, director de la DGT, ya había advertido que los radares de tramo serían los protagonistas en el futuro del control de velocidad en España, y con esta nueva instalación, esa promesa se cumple.

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Un cambio en el comportamiento de los conductores

Un cambio en el comportamiento de los conductores

El objetivo de estos radares de tramo no es solo sancionar a los infractores, sino promover un cambio en el comportamiento de los conductores. Pere Navarro ha destacado en múltiples ocasiones que los radares fijos, aunque útiles, pueden provocar frenazos bruscos y aumentar el riesgo de accidentes, especialmente cuando los conductores desaceleran repentinamente al ver el radar. Los radares de tramo, por otro lado, eliminan esta reacción al obligar a los vehículos a mantener una velocidad constante durante varios kilómetros.

Además, la DGT ha indicado que los conductores que circulen por encima del límite de velocidad en los primeros días de funcionamiento del radar no recibirán una multa de inmediato. En lugar de ello, recibirán una notificación que les recordará la nueva normativa, otorgando un periodo de adaptación antes de empezar a sancionar.