Imagina un lugar donde las montañas nevadas se alzan majestuosamente y los frondosos bosques te envuelven en un abrazo de magia. Este es el caso de Torla-Ordesa, un pintoresco pueblo en el corazón del Pirineo altoaragonés que podría servir de escenario para cualquier película de Disney. Rodeado de paisajes de ensueño, este encantador destino no solo ofrece belleza natural, sino también una rica historia y una arquitectura tradicional que cautiva a todos los visitantes.
2Historia y tradición
La historia de Torla-Ordesa es tan fascinante como su paisaje. Antiguamente conocido simplemente como Torla, el municipio adoptó su nombre actual en 2014, reflejando su conexión con el cercano Parque Nacional. La arquitectura tradicional oscense es uno de los principales atractivos, con casas de piedra que exhiben tejados de pizarra grisácea y bellas iglesias que narran historias de siglos pasados. La Iglesia de San Salvador, con su estilo románico, es un hito en el centro del pueblo y un punto de partida ideal para explorar el entorno. Desde sus orígenes hasta su reconstrucción en el siglo XVI, este templo forma parte de la famosa ruta jacobea, enriqueciendo aún más su valor histórico.