Maestro Espada: El folklore murciano en el filtro de James Blake y Alan Lomax

España siempre ha tenido un espacio para la música folklórica dentro de su cultura pop. Es cierto que el flamenco y la rumba han sido sus grandes productos de exportación, pero la cultura tradicional del país es mucho más extensa, y hay muchos grupos dedicados para arrastrar estos sonidos hasta la modernidad. Esto incluye a Maestro Espada, el proyecto de los hermanos Álex y Víctor Hernández que inyectan electrónica en el cancionero popular de Murcia. 

El dúo aprovechó el lanzamiento de su debut homónimo la semana pasada para hablar de esta combinación de sonidos al ‘Diario Que!’. En el camino trazan la línea que une el sonido electrónico con al folklore catalán con la electrónica moderna, retomando incluso versos tradicionales y pasándolo por una paleta de sonidos que no estaría fuera de lugar en un disco de James Blake y cuentan un poco como ha sido la experiencia de llevar estas canciones a la tarima de los festivales por los que han pasado durante el verano. 

¿De dónde nace el deseo de combinar el folklore murciano con la electrónica?

Somos hermanos y siempre pensamos en hacer un proyecto musical juntos. Después de mucho tiempo viviendo fuera y viniendo de otros estilos, encontramos en la tradición musical murciana, que intuíamos pero no conocíamos bien, el punto de encuentro más estimulante para explorar, escribir y cantar juntos de nuevo. 

¿Creen que las texturas electrónicas hacen el sonido más accesible para quienes no conocen su folklore?

Estamos en un momento de gran accesibilidad a la música de todos los tiempos y lugares. Las paletas y las herramientas se cruzan y se encuentran, pero a menudo en lo que se supone que es lo tradicional encontramos los timbres más radicales y emocionantes. La castañeta, por ejemplo. 

Maestro Espada La Despedia

¿Qué artistas tanto del folklore como de la electrónica han marcado este disco?

Nos ha inspirado el dúo de chicas noruego Smerz, así como las grabaciones de Alan Lomax en Murcia en los años 50, o la voz de El Patiñero. 

En canciones como ‘Lirios’ la repetición es clave ¿Cómo afecta esto la construcción de la letra?

Toda la canción está sostenida por samples vocales, no hay instrumentos rítmicos clásicos, y esa repetición contrasta con la letra que trata de un amor cambiante y escurridizo como los rayos de luz. 

¿Las canciones nacen primero desde los instrumentos orgánicos o desde la parte electrónica?

Depende. De cualquiera de ellos puede salir una melodía o un sonido que nos estimule para ubicar una emoción y tirar del hilo para cantar y escribir. Para nosotros no hay ninguna diferencia entre una guitarra, un sintetizador o una caña partida. Las tres son máquinas sagradas que se pueden tocar con el alma. 

En España parece que siempre se busca modernizar el folklore, el ejemplo más claro es el flamenco, pero también se me vienen a la cabeza casos como el de Rodrigo Cuevas o el de los últimos discos de Vetusta Morla que van mucho más allá ¿De dónde nace ese deseo de traer estos sonidos a la modernidad?

Puede que durante un tiempo viviéramos seducidos por la potencia de la cultura anglosajona y se nos olvidara el impacto emocional de tradiciones cercanas.


El disco sale completo esta semana ¿Hay alguna canción que no esté publicada aún que los tenga nerviosos o emocionados?

Hay varios descartes o canciones que no terminamos para el disco, y que serán parte de los directos.

¿Cómo ha sido la recepción de las canciones al pasar por festivales?

Muy buena. Tenemos un formato de trío con Raúl Frutos, de Crudo Pimento, que tenemos muchas ganas de seguir tocando en grandes escenarios.