Los beneficios de la custodia compartida para los menores

Una separación o divorcio con niños no es fácil. Los padres deben estar por encima de sus propios conflictos y diferencias y pensar en el bienestar de los hijos. Y, si ellos no lo hacen, la justicia se encarga de preparar el acuerdo de custodia.

En general, en los últimos años, tanto los padres como los jueces están apostando por permitir que los menores vivan y concilien el tiempo con ambos progenitores. Este régimen, conocido como custodia compartida, ofrece muchísimos beneficios para los menores, especialmente en cuanto a su desarrollo emocional.

¿Qué es la custodia compartida?

La custodia compartida es un acuerdo por el que los padres reparten, de manera más o menos equitativa, el tiempo de cuidados y tutorización de los menores.

No solo se reparten la patria potestad, sino que se firma un documento en el que ambos se comprometen a pasar un tiempo equitativo con los menores, acogiéndolos en sus casas o yendo a vivir con ellos en la residencia habitual.

Obviamente, cada caso tiene unas peculiaridades y existen distintos tipos de custodia compartida.

Por ejemplo, los padres pueden repartirse el tiempo por semanas, meses o semestres, llevarse a los niños a sus casas o dejarlos en una y que sean los padres los que se intercambien… Incluso pueden plantear un tipo de custodia coexistente, donde ambos progenitores conviven en tiempo real con los niños, pese a no mantener la relación sentimental.

Beneficios de la custodia compartida

Más allá del régimen utilizado, y siempre que haya buena voluntad por parte de los padres, la custodia compartida es una opción excelente para el crecimiento emocional y el mantenimiento del vínculo de los niños con sus progenitores.

Relación cercana

Al recaer la custodia sobre un solo padre, con un régimen de visitas, la relación con quien no se queda con los niños se empobrece: no solo lo ven menos, sino que este padre o madre tiene muchísima menor implicación en la vida de los niños.

En la custodia compartida, ambos padres deben tomar decisiones conjuntas y los pequeños ven cómo sus padres se comprometen activamente con sus vidas, lo que hace que su bienestar emocional mejore.

Rutina

Sobre todo en las etapas iniciales, mantener una rutina estable es indispensable para los niños. La custodia compartida favorece que los hijos sientan que muy pocas cosas han cambiado, por lo que se sienten seguros y apoyados en todo momento.

El respaldo de los padres en esta rutina diaria es fundamental, especialmente a la hora de participar en actividades extraescolares, mantener las rutinas o fomentar las conexiones sociales del colegio, las visitas de amigos, etc.

Menos conflictos

Aunque, de nuevo, es algo que depende de la voluntad de los padres, los jueces tienden a pensar que la custodia compartida elimina muchos conflictos. De este modo, el menor no tiene que ver cómo sus padres se critican o se pisan en las decisiones, por ejemplo.

Por todo ello, tanto padres como abogados y jueces luchan cada vez más por llegar a acuerdos de custodia compartida equitativos y aceptados por ambos progenitores solo por el bienestar de los menores.