La pornografía se ha convertido en un problema cada vez más preocupante, especialmente cuando se trata de su impacto en los menores de edad. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha emitido una alerta sobre las consecuencias dañinas que puede tener el consumo de este tipo de contenido en niños, niñas y adolescentes. En un detallado «Decálogo sobre el impacto de la pornografía en niños, niñas y adolescentes», la AEPD, junto con la Fundación del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, ha dado a conocer los hallazgos preocupantes de esta problemática.
Uno de los principales aspectos destacados es que el consumo de pornografía en adolescentes se relaciona con un aumento de los estereotipos de género, la normalización del sexismo y la imitación de prácticas, creencias y actitudes violentas en la sexualidad. Además, se ha encontrado una relación entre este consumo y el abuso físico y verbal en las relaciones de pareja.
La Pornografía y sus Efectos en las Relaciones Interpersonales
El documento también advierte que el consumo de pornografía puede producir problemas en las relaciones de pareja, como promiscuidad sexual, infidelidad, un mayor número de parejas sexuales y una iniciación temprana en el sexo. Asimismo, crea expectativas irreales y creencias erróneas en cuanto a la sexualidad, lo que puede afectar negativamente la satisfacción sexual y las interacciones íntimas.
Además, el uso frecuente de la pornografía se relaciona con un deterioro en la capacidad de atención, memoria procedimental y en la capacidad de organización y planificación. Incluso, el uso esporádico puede convertirse en un «comportamiento adictivo» caracterizado por tolerancia, dependencia, falta de control, abstinencia, regulación disfuncional de las emociones y necesidad de consumo frecuente.
Impacto en la Salud y Bienestar de los Menores
Otro aspecto preocupante es que la pornografía aumenta las conductas sexuales de riesgo, como un mayor uso irresponsable del preservativo, búsqueda de relaciones sexuales bajo los efectos de sustancias y consumo de prostitución. Esto pone en riesgo la salud y bienestar de los menores que están expuestos a este tipo de contenido.
Asimismo, el documento destaca que la pornografía se paga con los datos personales de los usuarios, lo que pone en peligro la privacidad de los menores. «Los datos personales tienen valor para quien quiere localizar menores, acceder a ellos, conocer sus debilidades, volverlos adictos y manipularlos», advierte el decálogo.
Por último, los autores del texto señalan que el uso frecuente de la pornografía produce un «deterioro a nivel neurobiológico», afectando a áreas cerebrales relacionadas con el control de los impulsos y la toma de decisiones.
En conclusión, el informe de la AEPD y sus colaboradores resalta los múltiples y preocupantes efectos que la pornografía puede tener en el desarrollo y bienestar de los menores, desde la normalización de la violencia sexual hasta problemas en las relaciones interpersonales y en la salud mental. Es un llamado urgente a tomar medidas para proteger a nuestros jóvenes de los peligros de este fenómeno.