El Rey Emérito Juan Carlos I ha vivido un fin de semana intenso en Sanxenxo, marcado por un emotivo homenaje en el Real Club Náutico y un reencuentro familiar en la Escuela Naval de Marín. Don Juan Carlos ha recibido el apoyo del público gallego en medio de la reciente controversia mediática de la fotografías con Bárbara Rey publicadas en una revista.
Medalla de oro de la Federación Gallega de Vela
La Federación Gallega de Vela ha otorgado su primera medalla de oro al Rey Juan Carlos, reconociendo su labor como deportista, promotor y embajador de la vela a nivel mundial. Este galardón llega en un momento significativo para el Emérito, quien ha demostrado una gran pasión por la navegación a lo largo de su vida.
La entrega de la medalla se realizó durante la ceremonia de premios de la IX Regata Rey Juan Carlos-El Corte Inglés Máster, un evento que congrega a destacadas figuras de la vela nacional e internacional. El Rey Emérito, visiblemente emocionado, recibió la medalla con una sonrisa, agradeciendo el reconocimiento y destacando la importancia del deporte en la sociedad.
Sanxenxo, refugio de tranquilidad y reencuentro familiar
El Rey Emérito, ajeno a la reciente controversia mediática, ha encontrado en Sanxenxo un remanso de paz y tranquilidad. Su estancia en la localidad gallega ha estado marcada por dos momentos especialmente relevantes: el reencuentro con su familia y el homenaje recibido en el Real Club Náutico. La reunión familiar, de carácter privado, tuvo lugar en la Escuela Naval de Marín, donde la Princesa Leonor continúa su formación militar.
Tras el reencuentro, el Rey Juan Carlos reapareció en público durante la entrega de premios de la regata, mostrando una actitud serena y positiva. El cariño del público gallego, expresado en vítores y aplausos, ha sido un bálsamo para el Emérito, quien se ha mostrado agradecido por el apoyo recibido.
Don Juan Carlos, sentado en un taburete debido a sus problemas de movilidad, interactuó con los asistentes, especialmente con un grupo de niños y un joven con síndrome de Down, con quienes compartió momentos. Al finalizar el acto, el Rey Emérito abandonó el Club Náutico visiblemente emocionado, correspondiendo a las muestras de cariño con una sonrisa. «Muy bien, estupendo», respondió a las preguntas de la prensa sobre su estancia en Sanxenxo.