En un terrible suceso de violencia de género, un joven de 32 años ha sido detenido en el municipio de Santa Fe, en el área metropolitana de Granada, por agredir presuntamente a su pareja con un punzón. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Santa Fe, en funciones de guardia este pasado sábado, ha acordado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, en una medida que refleja la gravedad del caso.
Según las fuentes consultadas, el individuo está siendo investigado por la presunta comisión de delitos de malos tratos y lesiones a su pareja en el ámbito de la violencia de género. Además, se han abierto diligencias contra él por un ilícito de atentado a agentes de la autoridad. La autoridad judicial que decretó la medida provisional se ha inhibido en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Granada, que será el encargado de instruir la causa a partir de ahora.
Agresión con un Punzón y Retención de la Víctima
La Policía Local, en colaboración con la Guardia Civil, procedió a la detención del joven la pasada noche del jueves, después de que las patrullas fueran requeridas por lo que parecía una pelea de dos personas, entre las que se podía distinguir a un hombre y a una mujer. Al llegar al lugar, los agentes fueron atendidos por el joven, quien negó que en el inmueble hubiese alguien más, intentando dar por zanjada la situación.
Sin embargo, los funcionarios policiales intensificaron su intervención, realizando diferentes preguntas al individuo mientras revisaban el entorno. Observaron movimientos extraños dentro de la vivienda, así como explicaciones y respuestas inconexas por parte del detenido, lo que los llevó al hallazgo de dos mujeres más dentro de la vivienda, una de las cuales presentaba graves lesiones en su cara.
El supuesto agresor puso dificultades para que los agentes pudiesen hablar con ellas, aunque finalmente la afectada pudo manifestar que había sido agredida por el que era su pareja, quien también la mantenía retenida desde hacía tres días en esa vivienda contra su voluntad. El individuo inició la huida y una posterior resistencia activa, lo que provocó lesiones de diversa consideración en los cinco agentes intervinientes.
Antecedentes Delictivos y Salida Reciente de Prisión
Al joven se le intervino un punzón de unos diez centímetros con el que presuntamente agredía, de forma habitual, a la joven con la que convivía, asimismo de proferirle amenazas de quemar las viviendas de los familiares de la joven y de acabar con la vida de un hijo que ella tiene y con el que no convive.
Según fuentes de la Policía Local, la agredida fue atendida por los servicios sanitarios y evacuada al centro de salud de la localidad, iniciándose por estos hechos el protocolo de violencia de género. De todo el desarrollo de las diligencias se hizo cargo la Guardia Civil de Santa Fe, poniendo a disposición judicial al detenido, de 32 años, titular de un amplio historial delictivo.
Las fuentes consultadas apuntan que el individuo había salido recientemente de prisión, y que vivía junto a su pareja en Santa Fe, en el domicilio de la madre de un compañero al que había conocido en la cárcel. Incluso, según el propio detenido manifiesta, procede de Córdoba capital, aunque aparece identificado en su DNI como residente en Jaén.
Además, desde el cuerpo indican que las agresiones físicas ya se producían durante la estadía del joven en esta vivienda. Asimismo, apuntan que, hasta que la pareja no relató lo sucedido, la madre del compañero intentaba justificar la violencia ejercida por el detenido.
La primera vez que tuvo contacto la Policía Local con esta persona fue el martes pasado, tras tener un enfrentamiento el joven con un vecino de la localidad. A raíz de ello, el cuerpo tuvo constancia de que el sujeto había salido de prisión de forma reciente, que tenía antecedentes policiales «importantes», y que era aparentemente conflictivo.
En conclusión, este nuevo caso de violencia de género en Santa Fe pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y protección para las víctimas, así como de garantizar un seguimiento riguroso de los agresores, especialmente aquellos que han estado en prisión y representan un alto riesgo de reincidencia. Solo a través de un enfoque integral y coordinado entre las autoridades judiciales, las fuerzas de seguridad y los servicios sociales, podremos avanzar hacia la erradicación de este flagelo que sigue cobrando víctimas en nuestra sociedad.