El Toro de Osborne es un emblema inconfundible del paisaje español, que acompaña a los viajeros en sus trayectos por las carreteras del país. Este símbolo, que ha evolucionado más allá de su propósito original, nos cuenta una rica historia que se entrelaza con la cultura y la identidad españolas. Hoy, desvelaremos el origen de este icónico toro y su trayectoria a lo largo de los años.
1Un símbolo publicitario
El viaje del Toro de Osborne comenzó en 1956, cuando la destilería Osborne decidió crear una campaña publicitaria para promocionar su brandy Veterano. El diseñador Manolo Prieto fue el encargado de dar vida a esta figura, que debía integrarse en el paisaje español. Así, se erigieron más de 200 vallas publicitarias a lo largo de las carreteras, comenzando por una en Cabanillas de la Sierra, Madrid, en 1957.
Inicialmente, estos toros medían 4 metros de altura y estaban fabricados en madera, pero el desgaste de este material llevó a la marca a optar por chapa metálica, aumentando la altura a 7 metros. Con el tiempo, la figura del toro se consolidó como un elemento inseparable de la identidad visual del país.