La economía española ha experimentado un panorama económico cada vez más sólido en los últimos años, lo que ha atraído a inversores internacionales y ha contribuido a la reducción del diferencial entre la deuda española y la de otros países europeos como Francia y Alemania. Esto se ha visto reflejado en el rendimiento del bono español a 10 años, que en la actualidad se cotiza a un precio menor que su homólogo francés, algo que no ocurría desde 2008.
Según fuentes del Tesoro Público, las buenas perspectivas macroeconómicas de España, confirmadas por organismos nacionales e internacionales, se han plasmado en la cotización del bono español, que ha estrechado el diferencial frente a Alemania desde principios de año y también frente a Francia y otros países de la Unión Europea. Si bien es cierto que España ha registrado episodios de volatilidad, este diferencial tiene una tendencia estructural a reducirse, como se demostró tras las últimas elecciones europeas, donde el país se comportó mejor que otros estados miembros.
Auge de la deuda española entre inversores no residentes
En el último año y medio, la deuda española ha atraído 100.000 millones de euros de inversores no residentes, lo que demuestra la confianza de los mercados en la economía del país. Esta tendencia se ha visto reforzada por la revisión al alza de las previsiones económicas por parte de organismos nacionales, como el Banco de España, e internacionales, como la OCDE.
Además, las agencias de rating han mantenido perspectivas positivas en sus calificaciones para España, lo que ha contribuido a consolidar la imagen de estabilidad y credibilidad de la deuda española. Cabe destacar que este crecimiento económico se ha producido de manera equilibrada, con un superávit exterior en la última década que ha permitido reducir el endeudamiento tanto en el sector público como en el privado.
Emisión récord de bonos ligados a la inflación
Esta semana, el Tesoro Público ha colocado 4.000 millones de euros en la emisión de un bono ligado a la inflación a 12 años, una demanda superior a los 50.000 millones, la mayor registrada en la historia de los bonos ligados a la inflación en Europa. Esto, según el organismo, demuestra la confianza de los inversores en la economía española y su capacidad para generar rendimientos estables a largo plazo.
En resumen, la solidez de la economía española, respaldada por las buenas perspectivas macroeconómicas y la confianza de los inversores internacionales, ha contribuido a reducir el diferencial de la deuda española frente a otros países europeos y a atraer un flujo récord de inversión en los últimos años. Este escenario favorable ha permitido al Tesoro Público realizar emisiones de deuda con una alta demanda, lo que refuerza la posición de España en los mercados financieros internacionales.