En una notable decisión, el Tribunal Supremo (TS) de España ha avalado el derecho de los periodistas a informar sobre casos de corrupción, incluso cuando la información haya sido obtenida a través de un «implicado» en la conducta cuestionada. Esta resolución reafirma el papel fundamental que juega la prensa en una sociedad democrática al ejercer su libertad de expresión y de información.
La Libertad de Prensa Prevalece Sobre la Privacidad
El alto tribunal ha determinado que no se puede considerar ilícita la actuación de un periodista que informa sobre un caso de corrupción, aun cuando haya obtenido la información a través de un tercero que formaba parte de la supuesta conducta irregular. Los magistrados argumentan que ninguna persona involucrada en actos de corrupción desea que sus acciones se hagan públicas, pero que el periodista tiene la obligación de informar a la opinión pública sobre estos hechos.
El Supremo señala que «el periodista tiene la función de informar a la opinión pública sobre tal conducta cuando obtiene información sobre la misma y su actuación está amparada por el legítimo ejercicio de la libertad de información protegida por el artículo 20.1.d) de la Constitución». De esta manera, el tribunal prioriza el derecho a comunicar información veraz sobre el supuesto derecho a la intimidad del implicado.
La Veracidad y el Interés Público, Claves para la Publicación
En el caso analizado, el Supremo consideró que la información publicada era veraz y versaba sobre «una cuestión de indudable interés público», en referencia a los denominados ‘Papeles de Panamá’ y «la corrupción de jueces, políticos y funcionarios públicos en un país latinoamericano». Además, el tribunal destacó que el demandante no cuestionó la veracidad de la conversación reproducida en la noticia.
Los magistrados inciden en que «en casos como este debe prevalecer el derecho a comunicar libremente información veraz por la especial posición que ocupa tal derecho, pues no solo protege un interés individual, sino que garantiza la existencia de una opinión pública libre, indisolublemente unida al pluralismo político propio de un Estado democrático». Esta postura reafirma el papel fundamental que juega la prensa en la lucha contra la corrupción y la defensa del interés público.