La economía estadounidense ha experimentado un sólido crecimiento en el segundo trimestre de 2022, con un aumento del PIB (Producto Interior Bruto) del 0.7% en comparación con el trimestre anterior. Este resultado, revelado por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, supone un incremento de tres décimas en relación al periodo precedente.
La revisión de las cifras ha puesto de manifiesto un aumento en la inversión privada en inventarios y en el gasto público federal, lo cual ha compensado los retrocesos registrados en la inversión fija no residencial y en un menor dinamismo de las exportaciones. Por otro lado, las importaciones han experimentado un avance.
Aceleración del crecimiento económico
La aceleración del PIB en el segundo trimestre se debió, principalmente, al repunte de la inversión en inventarios y del consumo. Estos factores positivos lograron contrarrestar en parte el retroceso observado en la inversión fija residencial.
En cifras anualizadas, el PIB estadounidense creció un 3% entre abril y junio, frente al 1.6% de los tres meses previos. Este aumento se explica por el alza del gasto de las familias, las inversiones en inventarios y en activos fijos no residenciales, mientras que las importaciones restaron del crecimiento.
Indicadores sectoriales y perspectivas
Los datos sectoriales muestran un panorama diverso, con fortaleza en algunos ámbitos como el consumo de los hogares y la inversión empresarial, pero también debilidades en otros como la vivienda y las exportaciones. No obstante, los analistas económicos se muestran cautos en sus previsiones, dada la incertidumbre generada por la inflación y las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
En este contexto, será crucial observar la evolución de los principales indicadores macroeconómicos en los próximos meses, así como las medidas de política económica que adopte el Gobierno y la Reserva Federal para fomentar un crecimiento sostenido y equilibrado de la economía estadounidense.