Pedro Almodóvar, el aclamado cineasta español, ha sido homenajeado en el Festival de Cine de San Sebastián al recibir el prestigioso Premio Donostia 2024. En una entrevista llena de emotividad, Almodóvar ha expresado lo «tumultuoso» que ha sido este momento para él, confesando que ha estado al borde de las lágrimas en varias ocasiones.
El veterano director ha recordado sus primeros pasos en el Festival, hace 44 años, cuando presentó su película «Pepi, Luci, Bom». Desde entonces, ha construido una impresionante carrera con 23 películas que llevan su sello personal. Almodóvar se siente afortunado de haber podido ser «dueño» de su trabajo, gracias a la creación de su propia productora, El Deseo, lo cual le ha permitido tomar todas las decisiones en sus proyectos.
Conexión con las Nuevas Generaciones
Una de las sorpresas agradables para Almodóvar ha sido su inesperada conexión con el público joven. Reconoce que es «enorme e increíblemente halagadora» que los más jóvenes, incluso aquellos que no habían nacido cuando realizó «Todo sobre mi madre», se sientan atraídos por su obra.
El cineasta atribuye este fenómeno, en parte, al alcance de las plataformas de streaming, que han permitido que sus películas lleguen a un público más amplio. Sin embargo, confiesa que no tiene mucho contacto con las generaciones más recientes, como los «tiktokers» o «influencers», y que le gustaría explorar ese universo en una futura película.
El Cine como Reflejo de la Evolución
Almodóvar también reflexiona sobre cómo el paso del tiempo ha enriquecido sus historias y su perspectiva como cineasta. Reconoce que, si bien el tiempo puede ser «muy cruel» con el cine, en su caso ha sido una bendición, permitiéndole evolucionar y perfeccionar su arte.
Además, el director advierte sobre el peligro que representa la «corrección política» para la espontaneidad, que él considera una de las claves de su éxito. Almodóvar se siente afortunado de haber podido mantener su visión personal a lo largo de su carrera, sin tener que «funcionar en una industria haciendo encargos».
En un gesto simbólico, una periodista le entrega una Concha de Oro «sin estar pintada entera», como un guiño a su trayectoria y al reconocimiento que merece. Almodóvar, entre la emoción y la humildad, recibe este homenaje como una reafirmación de su legado en el cine español e internacional.