En un movimiento estratégico para abordar las preocupaciones por los niveles de cotización de sus acciones en la Bolsa de Valores de Tokio, Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, ha elevado el tamaño de su programa de recompra de acciones hasta los 1,2 billones de yenes (aproximadamente 7.400 millones de euros). Este aumento de 200.000 millones de yenes (1.237 millones de euros) al plan de recompra anunciado anteriormente en mayo, refleja la intención de la compañía de reducir su capital flotante en casi un 4%.
Durante los últimos seis meses, las acciones de Toyota han sufrido un desplome de más del 30%, cotizando actualmente alrededor de los 2.644 yenes (aproximadamente 16,37 euros por título). Si bien el rendimiento de las acciones se ha mantenido estable en lo que va del año, sigue estando muy por debajo del avance superior al 13% registrado por el Nikkei 225 en el mismo periodo.
Fortalecimiento de la Rentabilidad para los Accionistas
A pesar de la debilidad del yen y las fuertes ventas en Estados Unidos, en el último trimestre Toyota solo logró aumentar su beneficio neto en un 1,7% hasta los 1,33 billones de yenes (algo más de 8.235 millones de euros). Sin embargo, la compañía ha mantenido su previsión de ganancias para el conjunto del ejercicio en los 4,3 billones de yenes (26.623 millones de euros).
Para Toyota, el objetivo principal de este programa de recompra de acciones es aumentar la rentabilidad para sus accionistas y liberar capital que pueda ser reinvertido en su transición hacia la fabricación de vehículos neutrales en carbono. Esta estrategia se alinea con los esfuerzos promovidos por el Gobierno japonés para que las empresas se deshagan de las participaciones estratégicas cruzadas.
Alianza con Instituciones Financieras Japonesas
En julio, Toyota ya había anunciado una recompra de acciones adicional por valor de 806.800 millones de yenes (casi 4.800 millones de euros). Esta iniciativa estaba dirigida a la adquisición de los títulos ofrecidos por las grandes aseguradoras y entidades bancarias de Japón, como parte de la estrategia gubernamental para que las empresas se deshagan de las participaciones estratégicas cruzadas.
Mediante esta serie de recompras de acciones, Toyota demuestra su compromiso con sus accionistas y su determinación por estabilizar la cotización de sus títulos en la Bolsa de Tokio. Al mismo tiempo, la compañía busca liberar recursos financieros que puedan ser destinados a impulsar su transformación hacia un fabricante de vehículos más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.