La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural de Baleares ha emitido un informe detallado sobre la situación de la lengua azul en el archipiélago balear. Según los datos proporcionados, se han confirmado 40 focos del serotipo 8 en las islas, 36 de ellos en Mallorca y cuatro en Menorca, todos en ganado ovino.
La situación es preocupante, pero las autoridades han trabajado en conjunto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para establecer un protocolo de flexibilización que permita continuar con la actividad ganadera, aplicando medidas de seguridad y vigilancia. Este protocolo establece requisitos específicos para los movimientos de animales entre zonas afectadas y zonas libres, tanto dentro del archipiélago como hacia la Península.
Las Regiones Afectadas y las Medidas Adoptadas
En Mallorca, las explotaciones afectadas se encuentran en diversos municipios, como Sóller, Deià, Pollença, Esporles, Campanet, Escorca, Bunyola, Estellencs, Fornalutx, Andratx, Alaró y Valldemossa. Además, hay otros posibles casos en proceso de confirmación. En Menorca, se han confirmado cuatro focos en Ferreries, Ciutadella de Menorca y Es Migjorn Gran.
El protocolo de flexibilización establece que todos los animales que se muevan hacia los mataderos deberán estar desinsectados y tratados con repelente. En el caso de los movimientos entre comunidades de animales con destino a cebadores o movimientos a vida, estos deberán cumplir con requisitos adicionales, como presentar una PCR negativa, haber pasado una inspección y contar con un acta firmada por un veterinario oficial.
La Importancia de la Vacunación y el Seguimiento Continuo
Además de estas medidas, la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural continúa trabajando de manera conjunta con el Ministerio para adquirir las vacunas necesarias y dar inicio a la campaña de vacunación. Esto es fundamental para contener la propagación de la enfermedad y proteger al ganado ovino en las islas.
Es importante destacar que la lengua azul es una enfermedad vírica que no tiene incidencia sobre la salud pública, ya que solo afecta a los rumiantes. Sin embargo, las autoridades mantienen un seguimiento continuo de la situación y están trabajando para minimizar el impacto en la actividad ganadera de la región.