La industria automotriz europea se enfrenta a una situación complicada con la caída de las ventas de vehículos eléctricos de batería (BEV, por sus siglas en inglés). En agosto de 2023, la participación de mercado de los BEV cayó del 21,8% al 16,6%, la mayor caída interanual desde enero de 2017.
Según el análisis de Jato Dynamics, esta caída en la demanda de vehículos eléctricos tuvo un impacto significativo en el desempeño general del mercado europeo. Felipe Muñóz, analista global de Jato Dynamics, señala que «el apetito por los BEV entre los consumidores está disminuyendo rápidamente» debido a «la falta de claridad en torno a los incentivos, los altos precios y las preocupaciones en torno al bajo valor residual de los vehículos eléctricos».
Desafíos persistentes para la transición a la movilidad eléctrica
A pesar de la caída interanual, la participación de mercado de los BEV en agosto de 2024 superó a la de agosto de 2022 y 2021, lo que refleja un lento pero constante avance hacia la movilidad eléctrica. Sin embargo, Muñóz advierte que «la industria se enfrentará a más desafíos en los próximos meses» y que «los compradores aún están lidiando con la presión de hacer el cambio a los vehículos eléctricos».
Además, los vehículos eléctricos siguen siendo más caros que los automóviles con motor de combustión, que ya son costosos. Esta brecha de precios sigue siendo un obstáculo importante para la adopción masiva de BEV.
El papel creciente de los fabricantes chinos
A pesar de la caída general, algunas marcas y fabricantes lograron mejores resultados. Por ejemplo, BMW experimentó solo un pequeño descenso del 5%, mientras que los grupos chinos Geely y BYD aumentaron sus ventas en un 52% y 18% respectivamente.
Como consecuencia, la cuota de mercado de los fabricantes de automóviles chinos (incluidos Volvo, Polestar y Lotus, propiedad de Geely) dentro del segmento de vehículos eléctricos aumentó del 10,5% en agosto de 2023 al 15,5% el mes pasado. Esto se debió en gran medida al éxito del Volvo EX30 y de ciertos modelos de BYD.
En resumen, la industria automotriz europea se enfrenta a un panorama complejo, con una caída inesperada en la demanda de BEV que pone en relieve los desafíos persistentes para la transición a la movilidad eléctrica. Sin embargo, el creciente papel de los fabricantes chinos y el lento pero constante avance de los BEV sugieren que la transformación del sector sigue su curso, aunque a un ritmo más lento de lo esperado.