Aunque para los venezolanos no es una novedad la crueldad del régimen de Maduro, el mundo ha visto con sorpresa como este encarcela ciudadanos de países como España, Chequia y Estados Unidos, acusándolos, como de costumbre sin pruebas, de ser parte de servicios de inteligencia y estar allí para organizar un golpe de Estado en contra del régimen de Nicolás Maduro. Pero en la práctica, como lo cuentan los trabajadores de las ONG que siguen operando en Venezuela, esto es una práctica común de la dictadura que busca fichas de cambio cuando sabe que tendrá que participar en negociaciones en la próxima semana.
De momento, según datos del propio gobierno venezolano anunciados en televisión por el ministro de interior, Diosdado Cabello, hay seis ciudadanos extranjeros presos. Dos de ellos son españoles, provenientes del Pais Vasco, y junto a ellos hay tres estadounidenses y un checo, todos ellos acusados de planes para desestabilizar el país. Sin embargo, no se han mostrado pruebas y todo apunta a que se trataba simplemente de turistas que se acercaron al país por curiosidad en una mala fecha donde las tensiones por la crisis electoral causada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha hecho que el régimen se atrinchere.
No es un dato menor y ya figuras de la oposición han hecho eco de la posibilidad de que el Gobierno use estos presos como fichas de cambio político. Es una realidad que incluso países poderosos como Estados Unidos han sufrido en los últimos años en los que el Gobierno ha hecho prisioneros empresarios y ciudadanos de a pie para usarlos como fichas de cambio de los sobrinos de Delcy Rodríguez o figuras conectadas a las inversiones extranjeras del chavismo como el caso de Alex Saab.
Además, se trata de países claves en los procesos de negociación de un régimen que organizó las elecciones del pasado 28 de julio, precisamente por su deseo de normalizar las relaciones con el resto del mundo. Saben que Estados Unidos y España son países clave en cuanto a esta realidad, sobre todo si quieren evitar una nueva batería de sanciones, de momento solo se han anunciado sanciones individuales, pero el Senado estadounidense ya ha amenazado con sanciones a toda la industria petrolera.
MADURO SIGUE APOSTANDO POR LA REPRESIÓN
Pero a pesar de lo preocupante que puede parecer el dato de 6 ciudadanos extranjeros presos en Venezuela, en la práctica el dato más alarmante son los más de 1800 ciudadanos detenidos de forma arbitraría desde las elecciones.
Estos incluyen más de 60 menores de edad, en todos los casos sin pruebas que confirmen que estaban haciendo algo más allá de protestas y en muchos de ellos, como lo narran portales de periodismo independiente venezolanos como Caracas Chronicles o Efecto Cocuyo, un alto porcentaje de estos fueron detenidos en su casa, a la usanza de dictaduras como las de Pinochet y Videla, y aunque los reportes de la ONU sobre torturas son preocupantes lo son más los casos de algunos presos cuyo paradero es aún desconocido.
De estos casos, además, destacan los denunciados por la misión de información de la ONU de niñas menores de edad encerradas con hombres adultos mayores y sometidas a vejaciones sexuales. El informe no destaca el número exacto de casos, pero es una señal de los riesgos a los que están expuestos los españoles encarcelados en los últimos días, e ignorados por la comunidad internacional y por los gobiernos que han decidido levantar sanciones para facilitar la relación económica con el país.
Ha sido la estrategia del Régimen para normalizar la situación en el país. Arrestar y violentar ciudadanos y líderes de la oposición con tal de evitar las protestas, y se suma a esto el presionar para conseguir el exilio de Edmundo González Urrutia, el ganador de las elecciones del 28 de julio y reconocido como presidente electo por el Congreso Español y el Parlamento Europeo.
DE MOMENTO NO HAY MUCHAS SOLUCIONES PARA LA SITUACIÓN
En la práctica la situación es complicada. Aunque todo indica que el deseo del régimen de Maduro de normalizar sus relaciones con el mundo no podrá ocurrir del todo, de momento siguen funcionando sus relaciones comerciales con otros países, aunque desde la propia Asamblea Nacional Jorge Rodríguez, una de las figuras más poderosas del país, amenazado con romper relaciones con España.
Esto no quiere decir que no se deban seguir buscando. No son solo dos jóvenes presos del País Vasco, sino un país completo en una crisis que además se traducirá en otra ola migratoria masiva, una que ya está comenzando.