El Papa Francisco ha reiterado su llamado a los ricos a que paguen más impuestos con el fin de poder distribuir esos recursos entre los pobres y la clase media. Durante una reunión en el Vaticano con representantes de los movimientos populares, el Sumo Pontífice argumentó que «mientras no se resuelvan los problemas de los pobres, no se resolverán los problemas del mundo».
El Papa enfatizó que si ese «porcentaje tan pequeño de billonarios que acapara la mayor parte de la riqueza del planeta se animara a compartirla de manera fraterna y no como limosna, sería algo «muy bueno y justo para todos». Francisco rechazó frontalmente el actual sistema económico, señalando que los pobres no pueden esperar más por soluciones.
Crítica a la Represión de Protestas Sociales
En su intervención, el Papa también criticó duramente la represión policial a una protesta de obreros y trabajadores en Argentina que reclamaban por sus derechos. Calificó la acción del Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, como el uso de «ese gas pimienta de primera calidad» en lugar de atender las demandas de «justicia social.
Llamado a Romper el «Silencio de la Indiferencia»
Asimismo, el Pontífice condenó «el silencio de la indiferencia que habilita el rugido del odio«, advirtiendo que este silencio ante la injusticia «abre paso a la división social, la violencia verbal, la violencia física y la guerra de todos contra todos». Francisco reiteró que la «competencia ciega por tener más y más dinero» es una «actitud enfermiza y un camino a la perdición» que está «destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos«.
En este encuentro, también participaron destacados referentes de los movimientos populares y de la Iglesia, como el cardenal Michael Czerny, el cardenal Peter Turkson y líderes de Argentina, España y Brasil. El Papa llegó en silla de ruedas para pronunciar su contundente discurso, reafirmando su compromiso con los más necesitados y su rechazo a las desigualdades del sistema económico actual.