En una decisión que refleja los desafíos que enfrenta la industria automotriz en un mercado en constante evolución, el grupo alemán Volkswagen y su socio chino SAIC Motor se encuentran preparando el cierre de una de las fábricas de su empresa conjunta en el gigante asiático. Esta medida se produce ante la caída de las ventas de vehículos de motores de combustión, un síntoma de los cambios que atraviesa el sector.
Después de más de cuatro décadas de operaciones, las compañías han llegado a la conclusión de que es necesario clausurar una planta en Nanjing, al este de China, antes de 2025. Esta fábrica, en la que se producen los Volkswagen Passat y los modelos de Skoda, tiene una capacidad anual de 360.000 vehículos. Sin embargo, la decisión refleja la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades del mercado.
El Declive de la Producción en China
En su base de Shanghai, SAIC Volkswagen Automobile detuvo hace dos años la producción en una fábrica abierta desde mediados de la década de 1980. Ahora, ante la caída de la producción, la planta de Nanjing podría seguir los pasos de su predecesora, según avanza la agencia ‘Bloomberg’. Esta tendencia subraya la difícil situación que enfrentan los fabricantes de automóviles en el país asiático.
Además, los socios estarían revisando la estrategia de la marca Skoda en el país tras un marcado retroceso de las ventas. Este hecho pone de manifiesto la dificultad que enfrentan las empresas automotrices europeas para mantener sus operaciones en China ante la creciente competencia local.
El Impacto en los Beneficios de Volkswagen
El año pasado, la producción de las 39 plantas chinas de Volkswagen se mantuvo más de una cuarta parte por debajo del máximo registrado en los años previos al estallido de la pandemia de la Covid-19. Esta caída en la producción ha tenido un impacto significativo en los beneficios de la empresa.
De hecho, la participación de la filial china sobre los beneficios operativos del grupo germano se desplomó un 20% en 2023, hasta los 2.620 millones de euros, aproximadamente la mitad de los máximos de 2015. Esta disminución en los ingresos subraya la importancia del mercado chino para Volkswagen y la necesidad de adaptarse a los cambios que se están produciendo en él.
En resumen, el cierre de una de las plantas de Volkswagen en China refleja los desafíos que enfrenta la industria automotriz en un mercado en constante evolución. La caída de las ventas de vehículos de motores de combustión, la competencia local y la disminución de la producción han obligado a Volkswagen y a su socio chino SAIC Motor a tomar medidas drásticas para mantener su competitividad en el país. Esta decisión tendrá un impacto significativo en los beneficios de la empresa y subraya la importancia de adaptarse a las nuevas realidades del mercado.