La industria ferroviaria española ha experimentado una gran transformación en los últimos años, con la entrada de nuevos operadores en el mercado de alta velocidad. Iryo, una empresa participada por Trenitalia, AirNostrum y Globalvia, ha sido uno de los nuevos protagonistas de este escenario. Sin embargo, los datos financieros de la compañía revelan importantes desafíos que enfrenta en sus primeros años de actividad.
Según las últimas cuentas anuales de la empresa, Iryo registró unas pérdidas de 79 millones de euros en 2023, una cifra significativamente mayor a los 25 millones de euros en números rojos del año anterior. Estos resultados, si bien respondían a las expectativas de la empresa, ponen de manifiesto los retos que afronta este nuevo operador en su proceso de consolidación en el mercado.
Ingresos y Ocupación: Crecimiento y Eficiencia en Debate
Los ingresos totales de Iryo alcanzaron los 212 millones de euros en 2023, una cifra que contrasta fuertemente con los 4,8 millones del año previo. Este notable crecimiento de los ingresos se explica por el hecho de que en 2022 la empresa solo operó durante las últimas semanas del año, mientras que en 2023 lo hizo durante todo el ejercicio completo.
Sin embargo, el resultado de explotación de la compañía fue negativo, situándose en 77 millones de euros. Esta pérdida a nivel operativo se produce a pesar de que Iryo logró transportar a 6 millones de viajeros en 2023, con una ocupación media del 65,7%. Estos datos de demanda ponen de manifiesto que, si bien la compañía ha logrado atraer a una base de pasajeros significativa, aún debe trabajar en mejorar la eficiencia de sus operaciones para reducir sus costes y aumentar la rentabilidad.
Estructura de Costes y Planes de Crecimiento
Un análisis detallado de la cuenta de resultados de Iryo muestra que el 51% de sus costes correspondieron a los cánones que paga a Adif por el uso de la infraestructura ferroviaria, mientras que el 10% respondía a la factura eléctrica. Estos datos evidencian la relevancia que tienen los costes fijos en la estructura de costes de la empresa, lo que dificulta la consecución de la rentabilidad en sus primeros años de actividad.
Ante esta situación, los accionistas de Iryo han realizado inyecciones de capital para apoyar el crecimiento de la compañía. En abril de 2023 se aprobó una ampliación de 44,7 millones de euros, a la que se sumó una contribución adicional de 34,2 millones en junio para compensar las pérdidas. Asimismo, los accionistas han manifestado su intención de proporcionar cualquier apoyo financiero necesario para asegurar la continuidad de la empresa y hacer frente a sus compromisos de pago.
En este contexto, Iryo asegura que las pérdidas registradas están en línea con sus expectativas, ya que se encuentra en un proceso de puesta en marcha de sus operaciones que requiere de una gran inversión inicial que se amortizará a lo largo de los años. La compañía confía en que, a medida que consolide su presencia en el mercado, podrá mejorar la eficiencia de sus operaciones y lograr la rentabilidad deseada.