Noruega, el país nórdico conocido por su innovación y compromiso con el medio ambiente, ha dado un paso adelante en la lucha contra el cambio climático al convertirse en el primero en el mundo en tener más vehículos eléctricos que de combustión en sus carreteras. Según los últimos datos presentados por la Federación Noruega de Carreteras, el país cuenta con 754.303 coches 100% eléctricos, superando ligeramente a los 753.905 vehículos de gasolina del total de 2,5 millones que conforman su parque automovilístico.
Este hito refleja el firme compromiso de Noruega por alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos. El país nórdico aspira a ser el primero en prohibir la venta de coches de combustión en 2025, una década antes que el objetivo marcado a nivel europeo. Esta transición se ha visto acelerada gracias a las generosas exenciones fiscales aprobadas por el Gobierno de Oslo, que han incentivado a los conductores a apostar por la movilidad eléctrica.
Liderazgo en Movilidad Sostenible
Noruega ha demostrado ser un pionero en la adopción de vehículos eléctricos. Durante el primer semestre de 2024, nueve de cada diez coches nuevos matriculados en el país fueron eléctricos, lo que refleja la creciente preferencia de los consumidores por este tipo de tecnología más limpia y eficiente.
Este liderazgo en movilidad sostenible se ha visto respaldado por la sólida posición financiera del país. Noruega cuenta con un fondo soberano valorado en más de 1,7 billones de euros, generado a partir de los beneficios de sus yacimientos petrolíferos. Esta considerable reserva de capital ha permitido al Gobierno noruego ofrecer atractivos incentivos a los conductores, como la exención del impuesto a la venta de vehículos, para facilitar la adopción de los coches eléctricos.
Retos y Oportunidades en la Transición
A pesar de este notable avance, la patronal automovilística local advierte que las ventas de coches diésel siguen siendo las más numerosas en el país. Sin embargo, esta tendencia se ha revertido en los últimos meses, lo que sugiere que la transición hacia la movilidad eléctrica está ganando fuerza.
La ambiciosa meta de Noruega de prohibir la venta de vehículos de combustión en 2025 representa un desafío significativo, pero también una oportunidad para consolidar su liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Esta iniciativa podría servir como modelo para otros países que buscan acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.