La compañía estadounidense de procesadores Intel ha anunciado un acuerdo con Amazon Web Services (AWS), propiedad del gigante del comercio electrónico Amazon, para el diseño de microchips personalizados con inteligencia artificial (IA) que se destinarán a los servicios en la nube de Amazon.
De esta forma, la tecnológica ha alcanzado un contrato «multimillonario» y «multianual» que contempla la producción de chips Intel 18A y de Xeon 6 sobre Intel 3 adaptados específicamente a las necesidades de AWS. Esta iniciativa se suma al acuerdo ya existente para proveer a AWS de procesadores Xeon Scalable.
La profundización en nuestra larga relación con AWS es reflejo de la fortaleza de nuestra tecnología de procesos, que ofrece soluciones individualizadas según la carga de trabajo de los usuarios», ha afirmado el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger.
Por su parte, su homólogo de AWS, Matt Garman, ha explicado que la «colaboración continuada» entre ambas empresas, que se remonta a 2006, permitirá a sus clientes comunes contar con «la capacidad de ejecutar cualquier carga de trabajo y desbloquear nuevas capacidades de IA«.
Reestructuración de la División de Fabricación de Chips
Por otra parte, se ha comunicado que la división de fabricación de chips de Intel se reconstituirá como filial independiente, pero aún dentro del grupo Intel.
Contrato Multimillonario con el Gobierno de Estados Unidos
Además, Intel ha logrado un contrato con el Gobierno de Estados Unidos por 3.000 millones de dólares (2.698 millones de euros) para el desarrollo de chips de uso militar y de inteligencia en el marco del programa ‘Secure Enclave.
Retrasos y Ajustes en Europa
Sin embargo, la multinacional americana ha notificado que, a pesar de haber aumentado su capacidad de fabricación en Irlanda, ha decidido pausar en «aproximadamente dos años» sus proyectos en Polonia y Alemania.
Al emplazamiento polaco se destinarían unos 4.600 millones de dólares (4.137 millones de euros) y se ubicaría en la ciudad de Wroclaw. En el caso germano, Intel se decidió a invertir «más de 30.000 millones de euros» en dos plantas de obleas de última tecnología siempre que recibiese unas ayudas públicas de 10.000 millones de euros que, finalmente, el Ejecutivo del canciller Olaf Scholz concedió.
Además, la tecnológica se encuentra inmersa en un plan de ahorro de costes por 10.000 millones de dólares (8.993 millones de euros) para 2025. Esta cantidad se pretende alcanzar mediante el despido del 15% de los trabajadores, unos menores gastos de capital y la disminución de los costes de venta. Asimismo, se ha suspendido el reparto de dividendos a partir del cuarto trimestre de este año por primera vez desde 1992.