El Papa Francisco presidirá una vigilia penitencial el próximo 1 de octubre en la Basílica de San Pedro, un día antes del inicio de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Esta ceremonia, organizada por la Secretaría General del Sínodo y la diócesis de Roma, contará con la participación de víctimas de algunos de los pecados más dolorosos de la Iglesia.
Durante esta vigilia, se busca confesar y pedir perdón por los pecados contra la paz, la creación, los pueblos indígenas, los migrantes, las mujeres, las familias, los jóvenes y los pobres. También se abordará el pecado de los abusos, el uso de la doctrina como arma contra los demás y aquellos que van en contra de la sinodalidad, la comunión y la participación de todos.
Confesión y Petición de Perdón
El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, ha explicado que no se trata de denunciar los pecados de los demás, sino de reconocerse como parte responsable de aquellos que, por acción u omisión, han causado sufrimiento a los inocentes o indefensos. Al final de esta confesión, el Papa Francisco dirigirá una petición de perdón a Dios y a toda la humanidad en nombre de todos los cristianos.
Esta iniciativa surge de la enseñanza del Papa Francisco, quien ha destacado la importancia de pedir perdón, llamando a los pecados por su nombre y sintiendo dolor e incluso vergüenza por ellos. Según el cardenal Jean Claude Hollerich, relator general del Sínodo, estos no se presentarán con el mismo valor, sino principalmente como actos contrarios al Evangelio y al testimonio de una Iglesia sinodal.
Participación y Temas Excluidos
Una cuarta parte de los 368 participantes del Sínodo no serán obispos, sino laicos, religiosos o sacerdotes. Además, se han incluido algunos foros abiertos al público, atendiendo a la petición de los participantes de comprender mejor los temas sinodales. Sin embargo, las discusiones principales seguirán siendo confidenciales.
El Papa Francisco ha dejado fuera de las discusiones del Sínodo los temas más controvertidos, como el acceso de las mujeres al diaconado, el celibato sacerdotal, la acogida a los homosexuales o a los divorciados vueltos a casar. Otros temas, como la escucha del clamor de los pobres, la misión en el contexto digital o los frutos del camino ecuménico, serán tratados por grupos de trabajo de expertos teólogos y funcionarios vaticanos, quienes informarán sobre el estado de sus reflexiones en el Sínodo de octubre, pero con plazos extendidos hasta junio de 2025.