La actual campaña de aceituna de mesa está experimentando un panorama sin precedentes, con una demanda que supera notablemente a la oferta. Tras tres temporadas consecutivas con cosechas por debajo de la media, los stocks iniciales se encuentran en niveles históricamente bajos, generando una fuerte competencia entre los diferentes agentes del mercado por acceder a la escasa producción nacional disponible.
Esta situación ha llevado a que las primeras partidas de aceituna de mesa que se están comercializando estén alcanzando «cotizaciones inéditas» en el conjunto del país. Los olivareros y las empresas envasadoras se ven obligados a recurrir a importaciones de aceituna de otros países para poder cumplir con sus compromisos comerciales, lo que supone un reto adicional en términos de costes y márgenes.
LA ESCASEZ DE PRODUCCIÓN NACIONAL
Según las estimaciones de Asaja-Sevilla, la producción española de aceituna de mesa en 2022 y 2023 se situó «muy por debajo de la media«, con 414.000 y 407.000 toneladas, respectivamente. Lamentablemente, los pronósticos para la campaña actual apuntan a que 2024 será de nuevo una campaña corta, con poco más de 426.000 toneladas.
Esta concatenación de tres cosechas cortas consecutivas ha tenido un impacto directo en los niveles de stock, dejando los almacenes vacíos y generando una mayor dependencia de la aceituna de terceros países. Los envasadores españoles se ven obligados a recurrir a importaciones de aceituna foránea, a menudo a precios más elevados que la producción nacional, para poder cumplir con sus compromisos comerciales.
LOS RETOS LABORALES Y DE SEGURIDAD
Además de la escasez de producción, el sector olivarero enfrenta otros desafíos, como las dificultades para encontrar mano de obra para la recolección y el incremento de los robos como consecuencia de las elevadas cotizaciones de la aceituna de mesa.
Según se destacó en la Jornada de Aceituna de Mesa de Asaja-Sevilla, el costo de la mano de obra es el rubro que más pesa en los costes de cultivo, llegando a representar hasta el 80% de los mismos. Para abordar este reto, el Servicio Andaluz de Empleo, en coordinación con Asaja, ha puesto en marcha una campaña específica de oferta y demanda de peones agrícolas para la recolección de aceituna de mesa, con el objetivo de «casar oferta y demanda» y, así, lograr cubrir el máximo número de puestos de trabajo con los demandantes de empleo agrario.
En cuanto a los robos, el presidente de Asaja agradeció el trabajo de la Guardia Civil y destacó la «buena coordinación» con la Subdelegación y los ayuntamientos, lo que ha permitido recuperar parte de la aceituna robada y, en cierta medida, disuadir a los ladrones.
En resumen, la actual campaña de aceituna de mesa se enfrenta a una compleja situación, caracterizada por una escasez de producción nacional, una fuerte demanda y desafíos laborales y de seguridad. Estos factores han generado un panorama sin precedentes en el sector, que se ve obligado a adaptar sus estrategias para hacer frente a estos retos y mantener la competitividad en un mercado cada vez más desafiante.