La financiación autonómica es un tema crucial en la agenda política española, que ha suscitado un intenso debate entre las distintas comunidades. En este contexto, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha expuesto su posición firme sobre la necesidad de mantener un modelo de financiación equilibrado y solidario, que atienda a las características y necesidades específicas de cada territorio.
Durante su participación en los Encuentros del Eo, organizados por La Voz de Galicia y La Voz de Asturias, Rueda ha dejado claro que Galicia no está dispuesta a aceptar un «régimen singular» de financiación para cada comunidad autónoma. Según el mandatario gallego, este sistema supondría un «retroceso» para el país, al quebrar la solidaridad y la igualdad entre los diferentes territorios.
LA OPOSICIÓN A UN MODELO «TROCEADO»
El presidente de la Xunta ha sido contundente en su rechazo a un sistema de «cupos» como el que se plantea extender a Cataluña tras el acuerdo de investidura entre el PSC y ERC. Rueda considera que este modelo va en contra de los principios de un país solidario, que debe garantizar la prestación de servicios básicos de manera equitativa en todo el territorio.
Según el líder del PP gallego, el actual sistema de financiación autonómica es «insuficiente» y debe ser reformulado con el diálogo y la participación de todas las comunidades, sin negociaciones bilaterales que puedan favorecer a unas en detrimento de otras. Rueda ha insistido en que «hablar por separado nos revienta a todos», y ha abogado por una conferencia de presidentes donde se pueda alcanzar un acuerdo consensuado.
EL FACTOR POBLACIONAL Y EL COSTE DE LOS SERVICIOS
Uno de los puntos clave en la posición de Galicia es la necesidad de considerar el coste de la prestación de los servicios públicos, y no solo el número de habitantes, como criterio para determinar la financiación. Rueda ha señalado que factores como la dispersión poblacional y el envejecimiento de la población encarecen significativamente la provisión de servicios en Galicia, por lo que un modelo basado únicamente en la población sería «peligroso» para la comunidad.
Según los cálculos de la Xunta, la brecha entre el coste real de los servicios y la financiación recibida alcanza los 550 millones de euros, una cifra que no se vería compensada ni siquiera con el doblamiento del fondo de compensación territorial que el Gobierno propone. Por lo tanto, Rueda ha insistido en la necesidad de que la reforma del sistema de financiación tenga en cuenta estos factores específicos de Galicia.
LA BÚSQUEDA DE UN ACUERDO CONSENSUADO
En este contexto, el presidente de la Xunta ha reiterado su disposición a participar en un proceso de negociación sobre la financiación autonómica, siempre que este se lleve a cabo en el marco de una conferencia de presidentes que involucre a todas las comunidades. Rueda ha dejado claro que no aceptará negociaciones bilaterales que puedan beneficiar a algunas regiones en detrimento de otras.
El mandatario gallego ha insistido en que el objetivo debe ser alcanzar un acuerdo equilibrado, en el que todas las comunidades hayan cedido un poco, pero donde se garantice la solidaridad y la igualdad en la prestación de los servicios públicos en todo el territorio. Así, Galicia se posiciona como una voz firme en la defensa de un modelo de financiación autonómica justo y adaptado a las necesidades específicas de cada región.