El reciente anuncio de Sony Interactive sobre la nueva PlayStation 5 Pro dista mucho de la época en la que la primera consola del gigante japonés se vendió gracias a tener un precio menor que sus principales competidores. Según el anuncio de la empresa, la nueva versión de la PS5 tendrá un costo de 800 euros, pero este precio es previo al IVA de España, y no incluye ni el lector de discos, otros 120 euros, ni la base de la consola para el que lo necesite en posición vertical, otros 30, lo que escalaría el precio a un mínimo de 950 euros. Todo esto sin juegos, ni controles extra.
Es una situación preocupante, sobre todo dado que es una pieza de hardware que simplemente actualiza la PlayStation 5 y mejora su potencial gráfico. De hecho, todo apunta a que los juegos de la plataforma que podrán beneficiarse realmente de las mejoras de la versión pro serán una minoría, de hecho lo dejan claro en el propio anuncio, donde la letra pequeña recuerda: «Las características solo están disponibles para juegos que se han mejorado para la nueva PS5 pro».
Además, no habrá juegos exclusivos para la nueva versión de la consola. Se trata de versiones más gráficamente potentes de juegos ya lanzados, es decir, sería el equivalente a comparar la versión original de ‘The Last of Us Part 2’ para la PlayStation 4 con su remasterización de PlayStation 5, es el mismo juego, aunque uno se vea un poco mejor que la otra versión, el ejemplo no es casual, pues, el exclusivo de Naughty Dog fue el primer juego usado en la demostración, algo que complica entender la necesidad de una mejora gráfica cuando estamos. Es decir, son 800 euros, incluso sin más aditivos, solo para una nueva capa de pintura para el mismo coche.
No solo deja a la consola de Sony como la más cara del mercado, tanto la Xbox One como la Nintendo Switch son mucho más accesibles, sino que la acerca al precio de un PC adaptado específicamente para videojuegos, que permitirá siempre más potencia gráfica que una consola. Es, en resumen, un equipo demasiado costoso que ofrece pocas novedades, y que además llega tras un fracaso interno de Sony del tamaño de ‘Concord’.
LA REALIDAD VIRTUAL QUEDA DE LADO EN EL ANUNCIO
Además, se suma que el lanzamiento no ha tomado en cuenta el proyecto PlayStation VR. La apuesta de Sony por la realidad virtual siempre ha sido complicada de asumir a nivel económico, pero hasta hace poco, al menos desde la empresa se hacía un esfuerzo de mantener vivo el proyecto. Es que además los problemas que ha tenido para ser adoptado por el gran público debido no solo a las exigencias en cuanto a espacio físico, sino también de precio.
Es que a pesar de ser un aditamento de la consola, el periférico para realidad virtual cuesta más de 600 euros. Esto ha apartado a la mayoría de los jugadores casuales, y sirve como previa interesante de lo que pasará con los usuarios que vean la nueva versión de la PS5 como un aditamento demasiado costoso, y apunten a completar su colección con otra consola sea la de Microsoft o la de Nintendo.
Pero habrá que esperar a noviembre, cuando la PlaStation 5 Pro llegará al mercado. Será interesante seguir de cerca el desarrollo del sector este par de meses, sobre todo si alguno de los competidores decidirá anunciar un descuento o alguna medida parecida aprovechando el descontento evidente de los gamers con el anuncio. También será interesante seguir de cerca como reacciona el mercado alrededor de la versión slim de la consola, que aunque no tienen tanta memora ni tanto poder gráfico, es mucho menos costoso para los usuarios.
NUEVOS LANZAMIENTOS PARA ACERCAR LOS USUARIOS A UNA NUEVA PLAYSTATION
Pero incluso en esa situación, la empresa japonesa sabe que su sector interactivo es el más rentable. Sony obtuvo un beneficio neto atribuido de 231.638 millones de yenes (1.461 millones de euros) en los tres primeros meses de su año fiscal, que concluirá el 31 de marzo de 2025, lo que representa un avance del 6,5% respecto del resultado contabilizado en el primer trimestre del ejercicio anterior, informó la empresa.
Los ingresos del conglomerado industrial japonés entre abril y junio aumentaron un 1,7%, hasta 3,01 billones de yenes (18.980 millones de euros), con un incremento del 12% de la facturación del negocio de videojuegos, hasta 864.911 millones de yenes (5.455 millones de euros).
