Hugo Mallo fue denunciado por haber realizado tocamientos a la mujer disfrazada de mascota del Espanyol
El magistrado del Juzgado de lo Penal de Barcelona ha declarado culpable al futbolista Hugo Mallo, de un abuso sexual contra la persona que trabajaba como mascota del Espanyol en los prolegómenos del partido que enfrentó al Celta de Vigo con el club blanquiazul en abril del 2019 en el estadio de Cornellà-El Prat.
La denuncia provocó un revuelo en el mundo del fútbol, ya que señalaba a un jugador reconocido por su trayectoria y con amplia experiencia. Los hechos ocurrieron durante un enfrentamiento en el estadio de Cornellà-El Prat, cuando, en los prolegómenos del encuentro, Hugo Mallo habría aprovechado su cercanía con la persona que vestía el disfraz de mascota para realizar tocamientos inapropiados.
Hugo Mallo habría cometido el abuso a la ‘periquita’, juzgado como agresión sexual
Durante el habitual saludo entre los jugadores de ambos equipos, el futbolista aún del Espanyol, al llegar a la posición de las mascotas, concretamente a la periquita al final de la fila, habría cometido el abuso, que ha sido juzgado como tal y no como agresión sexual porque se aplica el Código Penal vigente en el momento de los hechos.
«Cuando Hugo Mallo llegó a la altura de las mascotas, al periquito le dio mano como se hace habitualmente pero cuando llegó a la Sra, que en ese momento estaba haciendo el papel de la periquita, éste introdujo las manos bajo el disfraz y le hizo tocamientos en los pechos», recogía en su día la denuncia que efectuó la presunta víctima al día siguiente ante los Mossos d’Esquadra. Según la declarante, le cogió los pechos con las manos y comenzó a hacer movimientos».
Deberá abonar 1.000 euros como indemnización
«Llevaba como mascota del Espanyol desde el 2016. Normalmente, yo me ponía la última de la fila. Recibimos toda la fila de jugadores y normalmente me dan un choque de manos. Las manos de Hugo Mallo fueron a mis pechos y realizó unos tocamientos. Me quedé aturdida y sorprendida», dijo la afecada.
El juez resuelve que la indemnización por daño moral será de 1.000 euros más intereses, como resultado del pago de diez euros diarios durante 20 meses. La defensa de Hugo Mallo todavía puede interponer recurso a esta sentencia. El pasado mes de julio se celebró la vista oral del caso, en la que declararon la denunciante y su compañero de trabajo y Hugo Mallo y Rubén Blanco, compañeros de vestuario. El denunciado volvió a negar el presunto abuso que se habría producido tras el pasamanos inicial y en el que la denunciante, ataviada con el disfraz de la mascota perica, se dispuso a saludar a los jugadores visitantes.