La Diada, la celebración nacional de Cataluña, ha vuelto a movilizar a miles de personas en diferentes ciudades de la región este miércoles. Bajo el lema «Tornem als carrers» o «Volvemos a las calles», la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha convocado manifestaciones descentralizadas para representar las «consecuencias del expolio fiscal» que, según los organizadores, sufre Cataluña.
Las movilizaciones, que cuentan con el apoyo de otras organizaciones como Òmnium, la Associació de Municipis per la Independència (AMI), el Consell de la República, la Intersindical y los Comités de Defensa de la República (CDR), se han llevado a cabo en cinco ciudades clave: Barcelona, Lleida, Tarragona, Tortosa y Girona.
Reivindicaciones en cada ciudad
Cada una de estas manifestaciones ha tenido un enfoque específico, buscando resaltar un aspecto particular de las consecuencias del expolio fiscal que, según los organizadores, afecta a Cataluña.
En Barcelona, la movilización ha reivindicado los problemas relacionados con la vivienda. Los manifestantes han denunciado el impacto del expolio fiscal en el acceso a una vivienda digna para los ciudadanos. La falta de inversiones en este sector y la carga impositiva que recae sobre los propietarios y inquilinos han sido los principales reclamos de los manifestantes en la capital catalana.
Por su parte, la marcha en Tarragona se ha centrado en las infraestructuras y el servicio de Rodalies, el tren de cercanías. Los participantes han expresado su preocupación por la falta de inversiones en el mantenimiento y mejora de estas conexiones, lo que ha repercutido negativamente en la calidad de vida de los residentes de la zona.
En Girona, la manifestación ha puesto el foco en el sistema de salud. Los manifestantes han denunciado que el expolio fiscal ha limitado los recursos destinados a la sanidad pública, lo que ha afectado la calidad de los servicios y el acceso a una atención médica adecuada.
La marcha de Lleida ha tenido como protagonista el sector agrícola. Los agricultores y ganaderos de la zona han reclamado una mayor inversión y apoyo a la producción agroalimentaria, que se ha visto perjudicada por la falta de recursos derivada del expolio fiscal.
Finalmente, en Tortosa, la manifestación ha representado el desequilibrio territorial y la problemática del agua. Los participantes han denunciado que el expolio fiscal ha contribuido a un desarrollo desigual entre diferentes regiones de Cataluña, afectando especialmente a áreas como Tortosa, donde la gestión y distribución del agua han sido temas de gran preocupación.
Un reclamo por la justicia fiscal
Estas manifestaciones descentralizadas de la Diada reflejan la determinación de la sociedad catalana por hacer oír su voz y denunciar las consecuencias del expolio fiscal que, según los organizadores, sufre la región. Más allá de las reivindicaciones específicas de cada ciudad, subyace un reclamo común: la necesidad de una distribución más justa de los recursos y una mayor autonomía fiscal para Cataluña.
Los manifestantes han exigido que se ponga fin a lo que consideran un trato injusto por parte del Estado español, que habría derivado en una falta de inversiones y recortes en sectores clave como la vivienda, la sanidad, las infraestructuras y la agricultura. Estas movilizaciones buscan visibilizar el impacto de estas políticas en la vida cotidiana de los ciudadanos y reclamar un cambio en la relación fiscal entre Cataluña y el resto de España.
En definitiva, las manifestaciones de este miércoles son una clara muestra de la persistencia del movimiento independentista en Cataluña y su determinación por seguir exigiendo soluciones a los problemas que, según ellos, derivan del actual modelo de financiación y relación con el Estado español.