Si alguna vez has visto unos cables negros atravesando la carretera y te has preguntado qué son o para qué sirven, no eres el único. A simple vista, pueden parecer parte de una obra o incluso algún tipo de radar, pero su función va mucho más allá. Estos cables juegan un papel crucial en el control y la mejora de la seguridad vial. Colocados estratégicamente por la Dirección General de Tráfico (DGT), ayuntamientos o comunidades autónomas, permiten recopilar datos clave sobre el tráfico vehicular, ayudando a mejorar las infraestructuras y reducir accidentes. A continuación te contaremos todo lo que debes saber de estos llamativos dispositivos.
3¿Dos cables? No te preocupes, no te van a multar
Uno de los temores más comunes entre los conductores al ver estos cables es la posibilidad de ser multados si están excediendo el límite de velocidad. En algunos casos, es posible ver dos cables colocados en paralelo sobre la calzada, lo que lleva a pensar que están midiendo la velocidad de los vehículos y que podrías recibir una sanción. Sin embargo, la realidad es muy distinta.
Estos cables no están diseñados para multar. Su función principal es recoger información sobre el tráfico y no imponer sanciones a los conductores. Aunque los dos cables pueden medir la velocidad a la que circulan los vehículos, la DGT no los utiliza con fines de control sancionador. Para poder multar a un vehículo por exceso de velocidad, sería necesario contar con una cámara que capture la imagen del vehículo infractor y su matrícula, algo que estos cables no incluyen. Por lo tanto, no hay riesgo de recibir una multa por su presencia en la carretera.
Eso sí, a pesar de que no hay cámaras ni riesgo de sanción, es fundamental respetar siempre los límites de velocidad en las carreteras, ya que hacerlo contribuye a la seguridad de todos los usuarios de la vía.