Si alguna vez has visto unos cables negros atravesando la carretera y te has preguntado qué son o para qué sirven, no eres el único. A simple vista, pueden parecer parte de una obra o incluso algún tipo de radar, pero su función va mucho más allá. Estos cables juegan un papel crucial en el control y la mejora de la seguridad vial. Colocados estratégicamente por la Dirección General de Tráfico (DGT), ayuntamientos o comunidades autónomas, permiten recopilar datos clave sobre el tráfico vehicular, ayudando a mejorar las infraestructuras y reducir accidentes. A continuación te contaremos todo lo que debes saber de estos llamativos dispositivos.
2DGT: ¿Cómo funcionan los cables que ves en la carretera?
El funcionamiento de estos cables es simple pero ingenioso. Cuando un vehículo pasa sobre ellos, la presión del neumático sobre el tubo aumenta la presión del aire en su interior. Esta variación de presión se detecta a través de un sensor ubicado en uno de los extremos del tubo, que envía la información a una centralita alimentada por baterías. En esta centralita, los datos recopilados son registrados y almacenados para su análisis posterior.
El análisis de estos datos permite a las autoridades de la DGT obtener información precisa sobre la cantidad de vehículos que circulan por una carretera en un tiempo determinado. Esta información es clave para estudiar patrones de tráfico, identificar zonas donde suelen producirse atascos y analizar el comportamiento del flujo vehicular. Gracias a estos estudios, se pueden tomar decisiones informadas para mejorar la infraestructura de las carreteras, implementar medidas de seguridad vial y, en algunos casos, buscar soluciones para reducir las retenciones en las horas punta.