Jamón cocido, pavo, pollo… La OCU elige los embutidos más saludables del supermercado

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En el panorama gastronómico de España, los embutidos son un elemento fundamental de nuestra tradición culinaria. Desde el jamón curado hasta el chorizo, son productos consumidos de manera cotidiana, y aunque aportan sabor y versatilidad, su impacto en la salud ha sido objeto de debate. Según un estudio reciente realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), muchos de estos alimentos contienen altos niveles de grasa, sal y aditivos, lo que limita su recomendación en una dieta equilibrada. Sin embargo, dentro de este grupo, existen opciones más saludables que merecen una atención especial. A continuación te contaremos cuáles son los embutidos más y menos sanos del mercado nacional.

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El análisis de la OCU: ¿Por qué algunos embutidos son más saludables?

El análisis de la OCU: ¿Por qué algunos embutidos son más saludables?

El estudio de la OCU arroja luz sobre los factores que determinan la «saludabilidad» de los embutidos. En primer lugar, se destaca la cantidad de grasa. Productos como el chorizo, a pesar de ser un favorito en muchos hogares, contienen niveles muy altos de grasa, lo que lo convierte en un alimento que, según la OCU, debe consumirse de forma ocasional. En contraste, el jamón cocido y la pechuga de pavo o pollo presentan un perfil más bajo en grasas, lo que los posiciona como los embutidos más recomendados dentro de esta categoría.

La grasa no es el único factor relevante. La cantidad de sal es otro elemento clave que influye en la valoración nutricional de los embutidos. La OCU señala que, aunque los embutidos más saludables, como el jamón cocido y el pavo, tienen menos grasa, su contenido en sal sigue siendo elevado. Sin embargo, existen alternativas en el mercado con niveles reducidos de este mineral, lo que permite a los consumidores hacer elecciones más informadas al momento de comprar.

Además de la grasa y la sal, otro aspecto importante que aborda la OCU es el uso de aditivos. Muchos embutidos, en especial los más procesados, contienen conservantes y otros aditivos que pueden tener un impacto negativo en la salud a largo plazo. Por esta razón, la organización recomienda siempre leer las etiquetas y optar por productos con la menor cantidad de aditivos posibles.