La reciente declaración de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la que equiparó el Régimen Especial de Baleares (REB) con el acuerdo de financiación pactado con ERC para Cataluña, ha sido rechazada enérgicamente por el conseller de Economía, Hacienda e Innovación de Baleares, Antoni Costa. Costa calificó esta comparación como un «insulto a la inteligencia» y un «intento de blanquear la enésima cesión a los independentistas para mantenerse en el poder».
Las Islas Baleares y Cataluña tienen realidades económicas y políticas muy diferentes, por lo que resulta inapropiado hacer una equiparación tan simplista entre ambos regímenes de financiación. El REB, aprobado en 2002, tiene como objetivo compensar los sobrecostes que conlleva la insularidad y la lejanía del archipiélago balear, mientras que el acuerdo con ERC responde a intereses políticos del Gobierno central para asegurar su permanencia en el poder.
Régimen Especial de Baleares: Una Necesidad Justa
El REB fue aprobado hace más de 20 años con el fin de corregir los desequilibrios y desventajas que sufren las Islas Baleares debido a su condición de archipiélago. Este régimen especial permite a la comunidad autónoma obtener recursos adicionales para compensar los sobrecostes derivados de la insularidad, como el transporte, la energía o la logística.
Más allá de los aspectos meramente económicos, el REB también busca preservar la identidad cultural y las tradiciones de las Islas Baleares, así como fomentar el desarrollo sostenible de un territorio con una alta dependencia del turismo. Es decir, se trata de un instrumento imprescindible para garantizar la igualdad de oportunidades y la cohesión territorial de todo el archipiélago.
Por lo tanto, la comparación realizada por la ministra Montero no solo es inadecuada, sino que también ignora la realidad y las necesidades específicas de Baleares, relegando a un segundo plano los justos reclamos de esta comunidad autónoma.
El Acuerdo con ERC: Un Intercambio Político
A diferencia del REB, el acuerdo de financiación pactado con ERC para Cataluña responde a una estrategia política del Gobierno central para asegurar su permanencia en el poder. Lejos de ser una medida de equilibrio territorial, esta negociación se ha convertido en una moneda de cambio para obtener el apoyo de los partidos independentistas catalanes.
Este tipo de cesiones a los nacionalistas no solo debilitan la unidad de España, sino que también distorsionan el sistema de financiación autonómica, generando agravios comparativos entre las diferentes comunidades. Además, la falta de transparencia y la opacidad que han rodeado estas negociaciones han generado desconfianza y malestar entre el resto de las autonomías.
En resumen, mientras que el REB es una herramienta imprescindible para garantizar la igualdad de oportunidades y la cohesión territorial en Baleares, el acuerdo con ERC representa un intercambio político que pone en riesgo la unidad y la equidad del sistema de financiación autonómica.
Conclusión: Diferenciar lo Esencial de lo Coyuntural
La comparación realizada por la ministra Montero demuestra una falta de entendimiento de las realidades y necesidades específicas de cada territorio. Mientras que el REB responde a criterios objetivos de compensación por la insularidad, el acuerdo con ERC es claramente político, respondiendo a intereses partidistas del Gobierno central.
Es fundamental que las autoridades diferencien lo esencial de lo coyuntural, y que las decisiones en materia de financiación autonómica se basen en principios de equidad, solidaridad y cohesión territorial, y no en intercambios políticos que puedan generar agravios comparativos entre las comunidades.
Solo así se podrá garantizar que todas las regiones de España, incluyendo las Islas Baleares, tengan las mismas oportunidades de desarrollo y bienestar para sus ciudadanos. Este es el reto que debe asumir el Gobierno central, más allá de cualquier cálculo político a corto plazo.