La presión migratoria en las Islas Baleares continúa en aumento. En las últimas horas, más de 380 personas migrantes han llegado al archipiélago a bordo de pateras, según ha informado la Delegación del Gobierno.
Nuevas llegadas a Cabrera agravan la situación
Dos nuevas embarcaciones con migrantes a bordo fueron interceptadas en la madrugada del miércoles al sur de la isla de Cabrera. La primera, con 15 personas de origen subsahariano, fue localizada a unas 16 millas de la costa. La segunda, con 18 personas de origen magrebí, fue interceptada a tan solo una milla de Cabrera. Todos los migrantes se encontraban en aparente buen estado de salud tras ser rescatados por Salvamento Marítimo y el Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil.
Estas dos últimas llegadas se suman a las dos pateras que arribaron durante la noche a la isla de Formentera con 32 migrantes a bordo. Con estas cifras, el número de personas llegadas a Baleares en las últimas horas asciende a 382. Cabe destacar que el martes se superó la barrera de las 300 llegadas, lo que evidencia la gravedad de la situación.
Un drama humanitario en aumento
La crisis migratoria en el Mediterráneo continúa siendo un drama humanitario de primer orden. Miles de personas, muchas de ellas huyendo de la pobreza, la guerra y la persecución, se juegan la vida en peligrosas travesías con la esperanza de alcanzar las costas europeas. Las Islas Baleares, por su proximidad al continente africano, se han convertido en uno de los principales puntos de entrada de migrantes en España.
Las autoridades se enfrentan al reto de gestionar esta situación, proporcionando asistencia humanitaria a los recién llegados y combatiendo las redes de tráfico de personas. Es necesario un enfoque integral que aborde las causas profundas de la migración, como la pobreza, la desigualdad y los conflictos armados.