La complejidad de las relaciones entre padres e hijos es el tema central de la nueva novela de Manuel Baixauli, «Cavall, atleta, ocell». El autor valenciano ha abordado esta temática con una mirada de perplejidad y estima, reflejando el desconcierto que sienten muchos progenitores ante los desafíos de la crianza en la actualidad.
Baixauli ha remarcado que, en la sociedad actual, la influencia de los padres se ha visto reducida en gran medida debido al avance tecnológico. Utilizando una metáfora ciclista, el escritor ha ejemplificado cómo la tecnología parece haber escapado, dejando a los padres ‘con la lengua fuera’ mientras intentan seguir el ritmo de sus hijos.
La historia de Alapont y Arístides: Dos visiones enfrentadas
La novela «Cavall, atleta, ocell» retrata la historia de Alapont, un carpintero humilde y perfeccionista, que observa con preocupación la deriva de su hijo Arístides, recién entrado en la adolescencia. Baixauli ha señalado que, al igual que en las tragedias griegas, ambos protagonistas tienen razón desde su propia perspectiva: el hijo se siente oprimido por la vida en el pueblo y por la rutina de su padre, mientras que el padre teme que el hijo esté malgastando su vida.
El autor ha revelado que la chispa que le llevó a adentrarse en esta historia fue una conversación que presenció hace años entre un padre y su hijo de 10 años en la cafetería de un museo, donde el menor mostraba un gran interés por las obras de arte y el padre lo miraba con una «estima inmensa«.
La vida, «rica en conflictos»
Baixauli ha afirmado que sus obras parten de una anécdota, pero que no hace autoficción, ya que le gusta imaginar y crear historias. Según el escritor, «No hay hechos espectaculares, es la vida cotidiana. Cualquier vida es rica en conflictos, no es necesario adulterarla«.
Pese a no hacer autoficción, el autor ha reconocido que siempre hay una parte autobiográfica en sus libros, reflejada en los lugares en los que ha vivido. Baixauli ha subrayado que no escribe sobre personajes si no los ha conocido de alguna manera, y que sus obras son como «ramas de un mismo árbol«.
En esta ocasión, el escritor ha optado por una historia lineal, alejándose de las «construcciones laberínticas» presentes en algunas de sus novelas anteriores. Sin embargo, ha bromeado sobre cómo, incluso en esta estructura más sencilla, la trama se complica.