La dependencia al turismo destruye casi 200.000 empleos tras el verano

193.704 empleos menos y algo más de 20.000 nuevos parados. El dato publicado tras terminar el mes de agosto es preocupante para un país en la cola del empleo en la Unión Europea (UE), pero más preocupante aún es que este tipo de datos sean comunes al final de la temporada estival, con los trabajos de temporada en sectores como el ocio y la hostelería reduciéndose significativamente todos los años. Es una señal más de la dependencia del país en este sector, y de los problemas que genera en cuanto a calidad y tipo de empleo, lo que además se traduce en una alta tasa de migración de profesionales.

Es un problema que afecta a España hace décadas, pero que se ve potenciado en la actual crisis del empleo y al que se le da más importancia que nunca por las protestas en contra del turismo de masas, sumada a la mentada «turismofobia», han hecho que los propios ciudadanos duden de la dependencia de este sector para mantener los datos positivos del PIB en el país. En cualquier caso se trata de una situación compleja, por qué hay ciudades en las que es imposible atacar al sector sin que le haga un daño irreversible a sus datos económicos.

Es más preocupante incluso que el número es lo cíclico de la situación. De hecho, los datos de este año fueron algo menores a los de 2023, 221.540 empleos menos y un aumento de 24.826, y se puede seguir revisando de situaciones parecidas en los últimos años, con la excepción de 2020 y 2021, años en los que los datos del empleo fueron afectados de la pandemia.

Es un círculo vicioso en el que se crean este tipo de empleos en números récords en el mes de junio, lo que presume el Gobierno, y después cae al final de agosto, lo que usa la oposición para atacar, y esto sin importar el partido que esté en cada lado de la ecuación. 

A esto se suma el dato que el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin compartir de forma transparente: El de los contratos fijos discontinuos. Es un dato que ha dado oxígeno a los datos de empleo, pero que ha sido señalado por lo engañoso que resulta asumir como contratado a un trabajador que solo cobra y cotiza algunos meses al año. Es uno de los datos más usados, con razón, para atacar la gestión de Yolanda Díaz en el ministerio de trabajo. 

LA NECESIDAD DE MEJORAR EL EMPLEO PROFESIONAL

De todos modos, la gran preocupación es el empleo profesional. Tan importante para la estabilidad económica de un país como puede ser el empleo de los graduados. Solo una muestra, según datos de Eurostat, compartidos el día de ayer, España es el cuarto país dentro de la UE en el que es más difícil conseguir empleo para los profesionales recién salidos de la universidad, solo lo consigue el 78,7%. El mal dato es superado solo por Croacia (78,2%), Rumanía (74,8%), Grecia (72,3%), Italia (67,5%). Dentro de Europa pero fuera de la UE solo hay dos países más que superan el mal dato español, Bosnia y Herzegovina (57,8%) y la Turquía de Erdogan (64,7%).

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Es una alarma importante. Mientras los gobiernos presumen de los datos de empleo de camareros contratados durante el verano y temporeros, antes de la típica caída ante el regreso del frío, los jóvenes que estudian cada día la pasan peor para ubicar ese primer empleo. Los datos españoles son una alarma de lo que puede ocurrir si se siguen abandonando los sectores más allá del turismo, la restauración y el empleo público y se le sigue presentando a los jóvenes el trabajar de funcionario como mejor opción. 

SIN SOLUCIÓN REAL A LA VISTA 

Además de volver a lidiar con esta fluctuación cíclica del empleo, parece que no se plantean soluciones reales, con el dato del desempleo atorado entre el 11 y el 12%. En esa situación la complejidad para emprender y las absurdas cuotas actuales de los autónomos. Es que si se quiere escapar del círculo veraniego y del dato negativo permanente del mes de agosto, o al menos reducir su tamaño, se deben buscar otras soluciones. 

De momento no parece que haya ninguna solución pensada para el país, aunque las diferentes comunidades autónomas apliquen cada una la suya. En la práctica, si se sigue planteando el país en base, únicamente, al turismo, el problema se mantendrá, y la hostelería no puede absorber el 11,5% del país que está desempleado hoy en día.