El Banco de España prepara una revisión al alza de las proyecciones macroeconómicas para los próximos años, según ha indicado el director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán. Esta actualización, que se publicará el próximo 17 de septiembre, se basa en los últimos datos disponibles que muestran un crecimiento más sólido de lo esperado en el corto plazo.
Sin embargo, a pesar de esta mejora en las estimaciones de crecimiento del PIB, el responsable del Banco de España también ha señalado algunas debilidades estructurales de la economía española, como la baja productividad y la alta tasa de desempleo en comparación con la media europea.
Una Actualización Positiva de las Previsiones Económicas
Según Gavilán, la «actualización mecánica» de las proyecciones macroeconómicas del Banco de España «implicaría una revisión al alza del crecimiento del PIB español durante el periodo 2024-2026». Esta posible mejora de las estimaciones se debe, en gran medida, a que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre de 2023, con un alza trimestral del 0,8%, «sorprendió claramente al alza» y a que los indicadores coyunturales del tercer trimestre sugieren que el crecimiento a corto plazo «sigue sólido», a pesar de una «ligera desaceleración».
Asimismo, Gavilán ha resaltado que la evolución esperada de algunas variables externas, como los tipos de interés o los precios del petróleo, «se han vuelto más favorables» para el crecimiento de la economía española. Esto, sumado a los datos macroeconómicos más positivos de los últimos meses, justifica la revisión al alza que el Banco de España podría hacer de sus proyecciones.
Es importante destacar que esta actualización de las previsiones no afectará a la senda de desinflación proyectada por el Banco de España en el mes de junio, la cual mantendría su curso sin cambios significativos.
Desafíos Persistentes de la Economía Española
A pesar de esta mejora del crecimiento, Gavilán ha apuntado a algunas debilidades estructurales de la economía española que aún deben abordarse. En primer lugar, ha destacado que la mejora del PIB de las últimas décadas no ha sido suficiente para lograr la convergencia con los niveles de renta per cápita de la zona euro, debido principalmente a la baja productividad y a la baja tasa de empleo.
Además, la tasa de paro en España, aunque ha bajado en los últimos años (hasta el entorno del 11%), sigue «muy por encima de la media europea». Esto evidencia la persistencia de problemas estructurales en el mercado laboral que deben ser abordados mediante políticas adecuadas.
Por último, Gavilán ha señalado que el desequilibrio de las finanzas públicas en España sigue siendo «alto» y tiene un «gran componente estructural, que no ha mejorado desde 2019″. Esta situación fiscal representa un desafío importante para la economía española y requiere de reformas y medidas de consolidación presupuestaria.
En resumen, si bien las perspectivas de crecimiento económico a corto y medio plazo parecen mejorar, la economía española aún enfrenta retos estructurales que deben ser abordados para lograr una mayor convergencia y estabilidad a largo plazo.