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Condena firme: 15 años de prisión para la cuidadora que casi acaba con la vida de un bebé en Chamartín

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha ratificado la condena a 15 años de cárcel impuesta a una cuidadora por casi matar a un bebé, que estuvo ingresado varias veces en el Hospital de La Paz de la capital por las graves lesiones ocasionadas. Esta sentencia confirma la responsabilidad de la acusada por un delito de asesinato en grado de tentativa, así como la pena de seis años de libertad vigilada.

El recurso interpuesto por la defensa de la cuidadora, en el que solicitaba que los hechos fueran calificados como lesiones imprudentes, ha sido desestimado. Los informes forenses determinaron que los golpes craneales sufridos por el bebé podrían haberle llevado a la muerte de no haber actuado antes de las 72 horas. Además, la Sala ha ratificado que la declaración de los hermanos de la víctima no era necesaria para el juicio.

Responsabilidad de la Cuidadora Confirmada

Durante el juicio, la cuidadora manifestó que no era una maltratadora y menos una «asesina» de niños. Sin embargo, la Sala de lo Civil y Penal ha confirmado su responsabilidad por el delito de asesinato en grado de tentativa.

Los hechos se remontan a una denuncia presentada por los padres en 2018 tras varios episodios violentos detectados a partir de 2017 en los que la niña resultó herida de gravedad durante sus cuidados en el piso familiar ubicado en Pinar de Chamartín. La fiscal del caso había solicitado una pena de 25 años de cárcel por este delito.

Los magistrados de la Audiencia señalaron que «las lesiones ocasionadas a la menor por la acción dolosa de la procesada supusieron un riesgo vital para la menor» y que «la procesada no sólo conoció la elevada probabilidad de causar la muerte a la menor con su conducta, aceptando tal resultado para el caso que se produjese, sino que, además, realizó sus actos siendo conocedora de que la víctima no podía defenderse de modo alguno».

Culpa a los Hermanos de la Víctima

En su declaración, la acusada culpó a los hermanos de la pequeña de los posibles golpes que habría sufrido la niña, afirmando que «sus hermanos eran muy brutos, sobre todo el pequeño». Sin embargo, esta versión fue desmentida por el padre, quien aseguró que sus hijos mayores tenían «extremo cuidado» con la niña.

Los médicos que realizaron un TAC a la niña como consecuencia del traumatismo craneaoencefálico que sufrió en una ocasión certificaron la gravedad de las lesiones. La pequeña ingresó varias veces en el hospital por diferentes incidentes con la niñera.

En uno de estos presuntos episodios de maltrato, la madre relató que encontró a su hija llorando en la cuna con un chichón en la cabeza, y a las horas tuvo que llevarla a urgencias al tener la cara hinchada y la oreja deformada. En esta ocasión, la niña presentaba un grave traumatismo craneoencefálico con desplazamiento del pabellón auricular por una posible hemorragia interna severa.

Fueron los propios médicos quienes alertaron de que los golpes no eran propios de una caída desde una cuna sino que habían sido infringidos con fuerza desde una altura mayor. Tras ello, despidieron a la cuidadora y pusieron el asunto en manos de su abogado por posible maltrato.

En la pericial, los forenses corroboraron que las lesiones correspondían con una precipitación desde altura, más allá de una cuna o desde el suelo sobre un piano. Además, comentaron que las lesiones podrían haber sido mortales de no haber actuado antes de las 72 horas.

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