El Gobierno alemán ha aprobado recientemente un paquete de incentivos para fomentar la compra de vehículos eléctricos en el país. Esta iniciativa, que forma parte de un plan más amplio para estimular el crecimiento económico, busca fortalecer el mercado de la movilidad eléctrica y apoyar a la industria automotriz nacional.
Según los detalles revelados, las empresas podrán deducirse inicialmente hasta el 40% del valor de cada coche eléctrico adquirido de su declaración de impuestos durante el año de la compra. Esta cifra se reducirá gradualmente hasta llegar al 6% al final del período proyectado, que se espera concluir antes de finales de la década.
El ministro de Economía, Robert Habeck, ha anunciado que se implementarán las medidas necesarias para «apoyar a la industria alemana y hacer más atractivo el mercado de la movilidad eléctrica. Esta decisión llega en un momento crucial, ya que el año pasado el Gobierno de coalición de Olaf Scholz tuvo que suprimir algunos de los incentivos a la compra de coches eléctricos tras una sentencia del Tribunal Constitucional alemán, lo que obligó a un importante ajuste fiscal.
Caída del Mercado Automotriz y Desafíos para Volkswagen
En este contexto, Berlín espera acelerar la adopción del vehículo eléctrico en el país, cuyas ventas se han desplomado más de un 69% en el último mes, según datos de la Oficina Federal de Vehículos Motorizados (KBA). Además, el mercado del automóvil alemán, el mayor de Europa, ha registrado una caída de las matriculaciones del 27,8% en agosto en comparación con el mismo período del año anterior.
Cabe destacar que, entre enero y agosto de 2023, los coches eléctricos representaron apenas el 18,6% de todas las nuevas matriculaciones en Alemania. Estas cifras reflejan una preocupante caída de la demanda, lo que ha llevado al mayor grupo automovilístico del país, Volkswagen, a admitir que les «faltan» ventas equivalentes a la producción de dos de sus fábricas, es decir, unos 500.000 vehículos.
Ante esta situación, el director financiero del grupo, Arno Antlitz, ha aseverado que «el mercado (para esa producción) ya no existe», y la compañía está decidida a actuar de manera «consecuente». Sin embargo, el ministro de Trabajo de Alemania, Hubertus Heil, ha expresado su intención de mantener operativas todas las sedes de producción de Volkswagen en el país, en medio de los planes de reducción de costes que la automotriz tiene previsto implementar.
El Papel Estratégico de Volkswagen para la Industria Automotriz Europea
Berlín reconoce que esta crisis no solo es laboral, sino que la estabilidad de Volkswagen es «vital» para asegurar las cadenas de suministro automovilísticas europeas. Esto se debe a la fuerte competencia que enfrentan las marcas alemanas por la irrupción de las marcas chinas en los mercados comunitarios y las guerras comerciales abiertas con Pekín, mientras se espera ver cómo evoluciona la situación con respecto a Estados Unidos en el marco de las próximas elecciones presidenciales.
En resumen, el Gobierno alemán ha implementado un paquete de incentivos fiscales para impulsar la adopción del coche eléctrico en el país, en un momento en el que el mercado automotriz enfrenta importantes desafíos. Mientras tanto, la estabilidad de Volkswagen, uno de los principales actores de la industria europea, se ha convertido en un elemento clave para mantener la competitividad y la cadena de suministro de la región.