En un alarmante desarrollo, España se enfrenta a una crisis sin precedentes relacionada con el aumento de la mortalidad por altas temperaturas. Los últimos datos publicados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revelan una escalofriante tendencia que pone de manifiesto los graves efectos del cambio climático sobre la salud pública.
Récord de Muertes por Calor en Agosto
Durante el mes de agosto, España ha notificado un total de 1.386 muertes atribuibles al exceso de temperaturas, lo que supone un incremento del 3% con respecto al mismo periodo del año anterior. Esta cifra contrasta con los 771 fallecimientos registrados en julio, evidenciando un agravamiento de la situación.
Según los datos del sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo), en lo que va de 2024 se han registrado 3.148 muertes por altas temperaturas. Estas cifras superan ampliamente los 3.009 fallecimientos contabilizados durante todo el verano de 2023, lo que hace temer que este año se alcancen nuevos máximos históricos.
Impacto Desigual en Regiones y Grupos Vulnerables
Las comunidades autónomas más afectadas por esta crisis de salud pública han sido Cataluña y Madrid, con 274 y 251 muertes respectivamente en agosto. Otras regiones como Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana también han sufrido un fuerte impacto.
Por grupos de edad, los mayores de 65 años han sido los más vulnerables, con 1.339 fallecimientos. Asimismo, las mujeres han sido más afectadas que los hombres, con 810 muertes frente a 577.
Llamado a la Acción y Medidas de Prevención
Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad ha remarcado la importancia de prevenir y mitigar los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud de la ciudadanía, especialmente en los grupos de riesgo o más vulnerables, como personas mayores, mujeres gestantes, menores y personas con enfermedades crónicas, así como en aquellos colectivos que desempeñan su trabajo o realizan esfuerzos al aire libre.
Es evidente que España se enfrenta a un desafío sin precedentes, y que se requieren medidas urgentes y eficaces para hacer frente a esta crisis de salud pública provocada por el cambio climático. Solo a través de una respuesta coordinada y proactiva a nivel nacional y regional, podremos proteger a la población y mitigar los efectos devastadores de las altas temperaturas en los próximos años.