Tienes que fijarte en esto del cartel para saber si una gasolinera está al lado de la autopista o más dentro

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Cuando se trata de hacer grandes viajes por carretera, saber interpretar las señales de tráfico se convierte en una habilidad esencial para los conductores. Entre estas, las que indican la ubicación de las gasolineras juegan un papel crucial, especialmente durante los largos trayectos veraniegos. Muchos conductores se han encontrado en situaciones frustrantes al seguir una señal de gasolinera, solo para descubrir que deben desviarse varios kilómetros de su ruta. Sin embargo, existe un «código secreto» en estas señales que, una vez descifrado, puede ahorrar tiempo y combustible a los viajeros. A continuación te contaremos que detalles debes mirar para saber si una gasolinera está al lado de la autopista o más dentro.

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Descifrando los números: La distancia como clave

Descifrando los números: La distancia como clave

Más allá del color, los números que aparecen en las señales de gasolinera también esconden información valiosa. Aquí es donde el arte de interpretar estas señales se vuelve aún más interesante y útil para los conductores avezados.

La regla general es simple pero efectiva: si los números son redondos, es una buena señal. Las distancias que marcan 1.000 o 500 metros suelen indicar que la gasolinera está justo al lado de la autovía, fácilmente accesible sin necesidad de navegación complicada o desvíos largos. Estas son las gasolineras que los viajeros de larga distancia deberían priorizar.

Por el contrario, si ves números como 750 o 1.250 metros, es una señal de que la gasolinera probablemente requiera un desvío más significativo. Estas estaciones de servicio suelen estar ubicadas en carreteras secundarias, lo que implica salir de la vía principal y posiblemente navegar por rutas menos directas. Esta distinción puede parecer trivial a primera vista, pero para un conductor que está calculando su consumo de combustible y tiempo de viaje, puede marcar la diferencia entre llegar a tiempo a su destino o enfrentarse a retrasos inesperados.