En una acción que ha generado gran revuelo en la región, el presidente del Gobierno asturiano, el socialista Adrián Barbón, ha anunciado que no asistirá este año a la tradicional misa en Covadonga del Día de Asturias. Esta decisión se produce después de que la Delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, calificara de «profundamente político y ultraderechista» el discurso del Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, en sus últimas homilías.
Barbón ha explicado que su ausencia busca evitar la crispación y la tensión que se ha generado en torno a este evento en los últimos años. El dirigente asturiano ha manifestado su «respeto» a Covadonga y a la Virgen de Covadonga, la «Santina», pero no quiere que su presencia sea «la excusa perfecta» para generar más polémica en un día tan importante para Asturias.
UNA DECISIÓN PARA BAJAR LA POLARIZACIÓN
Adrián Barbón ha sido claro en sus declaraciones al respecto. «Si el problema soy yo, no pasa nada, no voy, me sacrifico», ha dicho el presidente asturiano. Considera que su ausencia servirá para «bajar la crispación y la tensión» que se ha instalado en torno a este evento religioso, y de esta manera, «se hable de la Santina, no del hecho de que el presidente estaba allí y pasó no sé qué».
Esta decisión del presidente asturiano se produce después de que en los últimos años las homilías del Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, hayan generado polémica en la región por ciertos mensajes, lo que ha causado «malestar en la izquierda asturiana». De hecho, la Delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, llegó a calificar el discurso de Sanz como «profundamente político y ultraderechista.
Barbón ha manifestado que no está «conforme ni a gusto» con lo que ha estado ocurriendo en los últimos años durante la celebración del Día de Asturias, y que por eso ha decidido no acudir a la misa de Covadonga, con el fin de evitar que su presencia sea «la excusa perfecta» para generar más crispación y tensión.
LA TRADICIÓN DE LA MISA DE COVADONGA
La misa de Covadonga en el Día de Asturias es una tradición que se remonta a décadas atrás. Los presidentes asturianos, tanto del PSOE como del PP, han acudido tradicionalmente a esta celebración religiosa. Sin embargo, parece que este año Adrián Barbón ha decidido romper con esta costumbre, con el objetivo de evitar que su presencia avive aún más las discrepancias y la polarización existente en torno a este evento.
Barbón ha reconocido que esta decisión «puede sorprender o incluso molestar a alguna gente«, pero considera que si con ello se logra «bajar la crispación y la tensión del Día de Asturias», merece la pena asumir este sacrificio. El presidente asturiano quiere que este día se centre en la devoción a la Virgen de Covadonga y no en las disputas políticas que se han desatado en torno a la celebración religiosa.
En definitiva, la ausencia de Adrián Barbón en la misa de Covadonga este Día de Asturias responde a un intento de rebajar la polarización y la crispación que se ha instalado en torno a este evento en los últimos años, tras las polémicas generadas por las homilías del Arzobispo de Oviedo. Una decisión que, sin duda, marcará un hito en la celebración de esta jornada tan señalada para los asturianos.