La relación de Spotify con la Inteligencia Artificial es, cuando menos, complicada. Por un lado, la empresa ha mostrado el compromiso a las discográficas y a los artistas de proteger sus derechos de autor y las voces de los artistas, por otro lado, proyectos recientes como su Spotify DJ dependen de esta tecnología para funcionar en su día a día. Pero si había dudas la sobre la posición del gigante del streaming sobre esta tecnología, estas se aclaran con la carta que el CEO y fundador de la empresa sueca, Daniel Ek, ha firmado junto al CEO de Meta, Mark Zuckerberg una carta pidiendo a la Unión Europea que reduzca las limitaciones sobre el desarrollo de estas tecnologías.
Lo cierto es que a pesar de la defensa de Ek, que asegura en el texto disponible en The Economist y en el blog de Meta, que el crecimiento de las empresas tecnológicas europeas depende del crecimiento de la inversión en inteligencia artificial en la práctica una industria clave para el gigante sueco no comparte su posición, y lo han demostrado una y otra vez: La industria musical se ha puesto en pie de guerra con una parte importante de los usos actuales de esta tecnología, y no parecen tener intenciones de seguir a los suecos en esta idea.
Además, el punto principal que se pide se cambie en el comunicado es precisamente el que no quiere cambiar las discográficas en Europa, y que de hecho se intenta aparezca en las leyes americanas. Es que en Spotify no quieren que las aplicaciones como el próximo Llama de Meta o el propio Bardo de Google necesiten permiso para aprender de contenido publicado en las redes lo que va en contra tanto de las declaraciones de las grandes discográficas como de la gran mayoría de los artistas del planeta que han advertido desde el día uno sobre los riesgos de estas tecnologías.
Es bueno recordar que no hace tanto Universal retiró la música de sus artistas de Tik Tok precisamente por la falta de restricciones alrededor de la inteligencia artificial y Sony Music hace nada envió cartas a más de 700 empresas del sector tecnológico pidiendo que se respetara la música de sus artistas. Se suma además la preocupación demostrada por artistas como Bad Bunny, Taylor Swift, Billie Eilish o Pearl Jam que han criticado el uso de esta tecnología y directamente han clasificado el uso de sus trabajos para educarlas o el uso de sus voces como un robo.
SPOTIFY CHOCA DE NUEVO CON EL RESTO DE LA INDUSTRIA
Lo cierto es que el hecho de haber llegado primero al modelo de streaming ha dado a Spotify el poder suficiente para ser el centro de toda la industria musical, su relación con discográficas y artistas siempre ha sido complicada. Las minúsculas tarifas que pagan a la mayoría de los artistas por cada reproducción y más recientemente la forma en la que han igualado su contenido de podcast con el musical, tanto a nivel de la presentación de la aplicación como a nivel de pago a los creadores.
Es una relación incómoda de una industria que no quiere volver al momento en el que las aplicaciones de intercambio de documentos y los Torrents destruyeron su principal medio de ingresos, pero que sigue viendo con malos ojos depender de una figura como Ek. Esto, por tanto, no es, sino otra raya para el tigre, y en el camino solo han conseguido que los artistas independientes intenten que sus oyentes se acerquen a plataformas como Bandcamp o bien compren algún formato físico.
LAS ARTES CARGAN CONTRA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Lo cierto es que el mundo de las artes ha sido uno de los más críticos con la tecnología de la Inteligencia Artificial. Varios artistas han clasificado el contenido hecho con Inteligencia Artificial directamente como un plagio o un robo, lo que ha complicado los acercamientos a estas industrias. Es bueno recordar que una de las exigencias de los guionistas de Hollywood para levantar su huelga del año pasado fue precisamente que no se pudiese usar sus guiones para educar estas aplicaciones sin su permiso, y que no se pudiese usar un guión generado por IA sin intervención de otro ser humano.
Lo mismo ocurre en la música, y aunque artistas como Grimes no han huido de las posibilidades de la tecnología de momento, la industria musical, que tiene motivos para desconfiar del sector tecnológico, está más preocupada por la necesidad de protecciones aun si Spotify y su fundador no lo toman en cuenta.
