La crisis migratoria que afronta España es un tema de gran complejidad y sensibilidad, que requiere de una respuesta integral y equilibrada por parte de las autoridades. En este contexto, las recientes declaraciones del director general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Mauricio Valiente, advierten sobre los peligrosos efectos que pueden tener las expulsiones masivas de migrantes en irregularidad.
Valiente ha alertado del «peligroso incentivo» que suponen estas medidas para la xenofobia, el racismo y la insolidaridad. Según el experto, la «actual escalada retórica sobre expulsiones» puede alimentar estos fenómenos, por lo que ha pedido responsabilidad y moderación a los actores políticos en un debate que debe «huir de la demagogia y la irracionalidad«.
UN MODELO BASADO EN LA INTEGRACIÓN SOCIAL
Para Valiente, el modelo migratorio en España debe estar orientado a la integración social de los inmigrantes, tal y como se señala en la actual ley, respetando además el principio de no devolución para las personas perseguidas que buscan protección en el país.
El experto también ha recordado que quienes han gobernado en España «conocen bien las limitaciones» para la expulsión de inmigrantes que no reúnen los requisitos para una estancia regular, una medida que «además de conllevar un enorme sufrimiento a las personas que se ven afectadas requiere de medios económicos y de la cooperación de los países de origen o de tránsito«.
En este sentido, Valiente ha señalado que, para ordenar los desplazamientos de población, «hacen falta vías seguras y legales«. Algunas de estas vías ya existen en la legislación española, pero «no están operativas por falta de voluntad política«. El experto ha recalcado que «no hay soluciones fáciles» para abordar una realidad «que tiene que ver con la enorme desigualdad en el planeta, la ausencia de alternativas para numerosos sectores de la población y la proliferación de los conflictos y las persecuciones«.
CENTRARSE EN LAS CAUSAS DE LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS
Finalmente, Valiente ha pedido centrar el debate en «la solución de las crisis políticas, las guerras y los desafíos económicos y climáticos que están en el origen de los grandes movimiento de población«. En todo caso, ha matizado que la responsabilidad en la construcción de un modelo migratorio adecuado parte de «huir de discursos agresivos» y «poner el foco en lo positivo» que aporta la migración para la sociedad.
Las declaraciones del director general de CEAR reflejan la complejidad del reto migratorio al que se enfrenta España y la necesidad de abordar el problema de forma integral, priorizando la integración social de los inmigrantes, respetando sus derechos y atendiendo a las causas profundas de los desplazamientos. Solo así se podrá construir un modelo migratorio justo y sostenible, que evite alimentar los discursos de odio y la intolerancia.
En definitiva, la crisis migratoria requiere de un enfoque equilibrado y respetuoso con los derechos humanos, lejos de soluciones simplistas o medidas populistas que puedan tener consecuencias peligrosas para la convivencia y la cohesión social.