La reciente partida de Caritina Goyanes ha sumido a su familia en un profundo dolor. La histórica y emblemática figura, además de ser hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique, dejó una huella imborrable en quienes la conocieron. Aquí analizaremos los acontecimientos recientes alrededor de su despedida y el impacto emocional en sus seres queridos.
Una ceremonia emotiva en honor a Caritina
Cumpliendo con los deseos de Caritina Goyanes, la ceremonia celebrada en la Iglesia de Guadalmina reunió a amigos y familiares para rendir homenaje a su vida. Este evento no solo fue una despedida, sino una celebración de su legado y sus contribuciones. Luego, los restos mortales fueron trasladados de Marbella a Madrid, donde se abriría su capilla ardiente en el tanatorio de Tres Cantos.
El funeral fue testigo de la profunda emoción de familiares y amigos. Caritina, fundadora del reconocido catering ‘Sixsens’, dejó un vacío irremplazable. A las 14:00 horas de ese miércoles, se realizó un responso en su honor, seguido por su entierro en el cementerio de San Isidro. En una ceremonia privada, fue sepultada junto a las cenizas de su padre, quien falleció apenas 19 días antes.
La familia ante la pérdida
La partida de Caritina llegan en un período de tormento para la familia. Su viudo, Antonio Matos, junto con sus hijos Pedro y MiniCari, enfrentan la pérdida de sus seres queridos. La madre de Caritina, Cari Lapique, y su hermana Carla Goyanes también lideraron la entrañable ceremonia, recibiendo el cariño y el apoyo de quienes acudieron a consolarles en este momento tan crítico.
Sacar fuerzas de flaqueza, como dice la expresión, se tornó en una tarea ardua. Antes de dejar Marbella rumbo a Madrid para despedir a Caritina, la familia abrió las puertas de su residencia vacacional para recibir a amigos cercanos. Entre ellos se encontraba la modelo Teresa Baca, quien visiblemente afectada comentó la dureza del momento para Cari y Carla.
Una escena memorable fue cuando Antonio Matos demostrando su fortaleza salió de la residencia para abrazar al conserje de la urbanización, un gesto lleno de emoción y humanidad. Antonio, en su propio coche, partió hacia Madrid, apenas conteniendo las lágrimas, para organizar el último adiós de su esposa.
El camino hacia la despedida final
Cari Lapique, totalmente conmovida, decidió no mostrarse al público al dejar Marbella. Acompañada por su sobrino Carlos Cortina y su esposa Carla Vega-Penichet, se subió a una furgoneta con cristales tintados, dirección Madrid. Este viaje simbolizó, no solo un traslado físico, sino un camino hacia el cierre de un capítulo doloroso en sus vidas.
Por su parte, Carla Goyanes, con el apoyo constante de su esposo Jorge Benguría, encontró fuerzas para despedirse del portero de su residencia, un gesto que refleja la consideración y la conexión con aquellos que han sido parte de su vida cotidiana. Carla, notoriamente abatida, se unió posteriormente a su madre para afrontar juntas el viaje más difícil de sus vidas.
La pérdida de Caritina Goyanes no es solo un dolor personal para su familia, sino también una pérdida para todos los que la conocieron y admiraron. Su capacidad para influir positivamente en las vidas de los demás y su dedicación profesional en el ámbito del catering la definieron como una mujer excepcional.